miércoles, 24 de mayo de 2017

LA MANO DE OBRA Y LA ROBÓTICA EN LA REVOLUCIÓN TECNOLÓGICA




LA MANO DE OBRA Y LA ROBÓTICA
EN LA REVOLUCIÓN TECNOLÓGICA

                                   Miguel Suárez Sandoval


Como lo hemos dicho en una publicación anterior (17-09-2017), el mundo ha crecido tanto y tan rápido que, como consecuencia, aumentó la mano de obra; por consiguiente, se recibieron y ocuparon trabajadores sin preparación y no se tuvo el tiempo suficiente ni la oportunidad para que se capaciten y adapten al trabajo. Este problema duró bastante y solo se le puso paliativos.
Con la aparición de la tecnología y después con la globalización, apareció la cuestión social. Con posterioridad a la segunda Guerra Mundial, nos dice David Román, “se produce un aumento de puestos de trabajo y el empresario aumentó la productividad; que todo el país se enriquece, consecuentemente se crearon puestos de trabajo”.
Román agrega: “… pero a partir del año 2000 estas dos líneas empiezan a divergir; la productividad sigue creciendo, pero el empleo decrece”… “Para el año 2011 ya existe una brecha significativa entre ambas líneas; se observa un crecimiento económico sin que haya aumento paralelo en la creación de puestos de trabajo”.
En otro acápite el autor mencionado comenta: “La productividad sigue creciendo con fuerza, pero el empleo decrece”. (De cómo la tecnología está destruyendo al empleo – David Román [traducido por Lía Moya], junio 2013).
Por torpeza humana, más la ambición por el poder o el dinero, se dio cabida a la crisis económica mundial. Consecuentemente, se incrementó el desempleo, que con la robotización ha llegado a niveles nunca vistos antes y el salario ha perdido valor adquisitivo. Y esto ha llegado al extremo que hay quien dice que: “La robótica tendrá un impacto notoriamente superior a las anteriores revoluciones tecnológicas”, asegura el director de la edición digital de The Economist, Tom Standage, ya que las anteriores revoluciones tecnológicas fueron mucho más lentas, así como la gente tuvo más tiempo para adaptarse y moverse de un tipo de trabajo no calificado a otro, (Humanos vs robots: qué nos depara el futuro. Universo España).
Por su parte, Wal Knight expresa: “Los sueldos han aumentado, pero no son competitivos a nivel global”. En lo concerniente a China, observa que el país está haciendo grandes inversiones para sustituir a millones de trabajadores por robots. Y respecto a los trabajadores se interroga: “¿Qué será de ellos?” (La nueva revolución china: de la mano de obra barata a la mano de obra robótica [traducido por Teresa Woods]).
Wal Knight agrega: “… reemplazar a los humanos con máquinas no es tarea fácil. La mayoría de los robots industriales requieren programación en detalle y solo realizarán una tarea correctamente si las cosas están perfectamente posicionadas… la mano de obra china ya no es tan barata como fue antaño y muchos fabricantes y funcionarios del Gobierno creen que la solución consistiría en reemplazar los trabajadores humanos por máquinas”.
En una publicación establecemos que sobre el maquinismo se ha escrito muchísimo; se han vertido conceptos que pasados los años no ha sido fácil encontrarles una explicación. Por ejemplo, en lo social, se ha dicho bastante; se han difundido vocablos como las primeras pronunciaciones de un bebé, que para encontrarle su significado… ¡Mama mía!
El mundo ha mutado constante y perennemente. Ha habido acontecimientos que han movido y hasta han cambiado al mundo.
Refiriéndose a los millones de trabajadores despedidos, Wal Knight dice que “podrán trabajar en fábricas en el sector servicios; pero podrían provocar dificultades económicas y malestar social”.
Erik Brynjolfsson y su compañero Andrew McAfee afirman que los grandes avances tecnológicos son los responsables del bajo crecimiento de empleo de los últimos 10 – 15 años. (Esto lo dijeron en junio del 2013). De corroborarse su hipótesis, tanto la teoría económica como las políticas gubernamentales deberán ser repensadas. Así destruye empleo la tecnología; según el MIT Technology Review “el avance tecnológico hace saltar las alarmas y cuanto empleo puede destruir” (El Economista.es – Viernes 14 de junio 2013).
El comentarista del medio aludido agrega: “… en algunos sectores la entrada de robots, el nuevo software o máquinas que destruyen a personas es más que evidente desde hace muchos años. Pero la teoría de Brynjolfsson y McAfee va más allá: cree que el cambio tecnológico está destruyendo empleos más rápidamente de lo que los está creando; contribuyendo al estancamiento de los ingresos medios y fomentando la desigualdad en los EE. UU.”.
Brynjolfsson, en el Economista, mencionado supra, nos dice: “… gusta de utilizar un gráfico que muestra como el crecimiento de la productividad y el empleo iban de la mano durante muchos años, después de la segunda Guerra Mundial. El patrón era simple: las empresas generaban más valor de sus empleados, lo que suponía que el país en conjunto se volvía más rico, fomentando la actividad económica y creando más empleo”.
“Sin embargo, a partir del año 2000 los caminos empezaron a divergir, con la productividad aumentando de manera robusta mientras que el empleo languidecía. Para el año 2011 la brecha ya era significativa, mostrando que el crecimiento económico ya no generaba un crecimiento paralelo al del empleo”.
Brynjolfsson y McAfee lo llaman “el gran desacoplamiento”. Y aseguran que la tecnología es la fuerza de este cambio de paradigma.
Pero la moneda tiene dos caras; el día tiene su noche; para el MIT Technology Review, esta teoría es alarmante, ya que amenaza la fe que tiene la mayoría de los economistas en el progreso tecnológico.
Los autores creen que la tecnología tiene beneficios, ya que mejora la productividad y hace más ricas a las sociedades; pero, al mismo tiempo alertan de su lado oscuro; elimina la necesidad de muchos tipos de empleo y, además, deja a estos trabajadores en una situación mucho más precaria que antes”.
Para Brynjolfsson: “es la gran paradoja de nuestra era”. Y asegura que la productividad está en niveles record, la innovación nunca ha sido tan rápida y al mismo tiempo tenemos una caída de los ingresos y menos empleos”.
McAfee es pesimista sobre el futuro y no cree que los empleos que se están destruyendo vayan a volver. Parafraseando a Adolfo Bécquer: “Esos no volverán”. Pero hace una pregunta: “… una vez que se desarrollen todas esas tecnologías de ciencia ficción, ¿para qué se necesitará a la gente?” (La gran paradoja de nuestra era: la tecnología destruye empleo y fomenta la desigualdad – El Economista.es – Viernes 14 de junio del 2013).

LA NUEVA TECNOLOGÍA
Antes de continuar, es preciso establecer que, con la Tercera Revolución Industrial –también llamada Revolución de la Inteligencia, Revolución Científica y Tecnológica–, que comenzó al finalizar la segunda Guerra Mundial, entramos a la nueva era de la tecnología, cuya finalidad es gastar la menor cantidad de energía posible, así como un mínimo de mano de obra. Fue así y tras intensos y persistentes estudios que en 1774, Pierre Jaquet-Droz descubrió una máquina autómata; es decir, con movimiento propio. Pero, casi 150 años más tarde, en 1920, la idea se transformó en una realidad gracias al checo Karel Capek, que llamó a su máquina robota; palabra que en el idioma checo significa trabajo (Cultura General).

ORIGEN DE LA PALABRA ROBOT
La palabra robot fue introducida en la literatura en 1920, en la obra R.U.R. (Rossum’s Universal Robots) de Karl Capek, nacido en lo que hoy es la República Checa.
Robot, etimológicamente viene de la palabra checa robota, que significa labor forzada, servidumbre, esclavo... Este nombre fue utilizado en el Imperio Austro-Húngaro hasta 1848.
Se dice que la palabra robot fue inventada por Josef Capek, hermano de Karel, para denominar a las máquinas trabajadoras o serviles. (Esteban Dido).
Dada la finalidad de la nueva tecnología, apareció lo que llamamos “la robótica, la ingeniería genética (o bioingeniería) y las telecomunicaciones”. En el centro de la robótica y las telecomunicaciones se encuentra a los ordenadores o computadoras que son la nueva forma de operar el trabajo industrial con el intenso empleo de la electrónica.
Con el uso de los robots industriales no solo resulta más barato que la mano de obra sino que hay menos posibilidades de que se cometan errores y puedan trabajar sin interrupciones, sin requerir calefacción, ni luz, ni tiempo especial por razones de fatiga (por cuanto ellos pueden corregir sus propios defectos o arreglar sus sistemas, si sufrieran algún daño eventual. Así es como la industria al robotizarse introdujo un aumento a la velocidad (Virgilio Roel Pineda).

¿SON LOS ROBOTS LA MANO DE OBRA DEL FUTURO?
“No es de extrañar encontrarnos con robots para realizar ciertas tareas dentro de una fábrica o empresa”, nos dice Manuel J. Gutiérrez. Y agrega: “Desde una máquina capaz de soldar a la perfección los componentes de un motor de coche hasta una central capaz de sustituir a miles de personas al otro lado del teléfono”.
Gutiérrez continúa: “Los tiempos avanzan y las empresas han descubierto que un robot es capaz de hacer lo mismo que un humano y que incluso un grupo de personas. Lo puede hacer mejor, más preciso y más rápido; y, lo más importante, dentro de una economía capitalista, más barato”. Y agrega: “… tal como está la economía actual en muchos países… no es recomendable librarse de puestos de trabajo y sustituirlos por robots”.
La venta de robots año a año crece y crece con la finalidad de abaratar la producción y reducir el número de puestos de trabajo; pero eso concluye en el despido de un número de personas de la plantilla de la empresa.
En los primeros tiempos se pensó construir robots para evitar que los humanos realicen trabajos peligrosos; sin embargo, con el transcurso del tiempo se ha descubierto que más cuesta la lavada que la camisa. (¿Son los robots la mano de obra del futuro?, Manuel J. Gutiérrez).
Creemos que, antes de continuar, es necesario departir sobre la economía global para concluir sobre su influencia en el trabajo por cuenta ajena y los trabajadores subordinados.
Por lo dicho recordamos al profesor Michel Chossudovsky quien nos dice que: “La economía global se caracteriza por el traslado de gran parte de la base industrial de los países avanzados a los países en desarrollo donde se encuentran las fuentes de la mano de obra barata”.
El concepto de “economía de exportación, de mano de obra barata” fue lanzado en el sudeste de Asia, en los años 60 y 70, con las “industrias extensivas de mano de obra”. Inicialmente estas se limitaron a unos enclaves de exportación (por ejemplo, Hong Kong, Singapur, Taiwán y Corea del Sur); pero, más tarde, en los años 70 y 80, el desarrollo de la producción de mano de obra  en ultramar ganó ímpetu.
“Desde finales de los años 70 se ha formado una nueva generación de áreas de mercado libre; siendo el sudeste asiático, el Lejano Oriente, China, Brasil, México y Europa Oriental, los polos de mayor crecimiento”.
“Esta globalización de la producción industrial afecta a una gran variedad de productos manufacturados. La industria en el Tercer Mundo cubre la mayoría de las áreas de producción (automóviles, astilleros, ensamblaje de aviones, producción de armas, etc.”. (La Mano de Obra Barata en la Economía Global – prof. Michel Chossudovsky).
El desarrollo mundial de industrias de mano de obra barata, recientemente ubicadas en sectores más sofisticados y de industria pesada, tiene como premisa la disminución de la demanda interna en las diferentes economías del Tercer Mundo y la consolidación de una fuerza laboral barata, estable y disciplinada en un ambiente político “seguro”. El proceso se basa en la destrucción de la industria nacional para el mercado interno (la industria para subsanación de importaciones) de los diferentes países tercermundistas y la consolidación de economía de importación producida con mano de obra barata”. Y agregamos: “… busca la mano de obra barata y los bajos costos laborales… la competencia entre países en desarrollo contribuye a la disminución de precios”.
Pero “… la reducción de costos laborales (para apoyar la oferta) no asegura el crecimiento del sector de las exportaciones y su inserción al mercado internacional, ni siquiera asegura el desarrollo exportador”. (La Mano de Obra Barata en la Economía Global – prof. Michel Chossudovsky).
“La automatización reduce el número de trabajadores necesarios en muchos puestos de trabajo”.
David Román dijo, en junio del 2013, que: “… en los últimos año y medio los avances que se han producido en la tecnología –desde la robótica mejorada hasta los servicios de traducción automática– son responsables, en gran medida, del lento crecimiento del empleo en los 10 o 15 años”. Y agrega: “Y lo que es peor para los trabajadores es que se prevé una perspectiva deprimente para muchos tipos de trabajos, según se vayan adaptando estas nuevas tecnologías no solo en la fabricación, los servicios y los comercios, sino en profesiones como el derecho, los servicios financieros, la educación y la medicina”.
David Román recalca que: “… los robots, la automatización y el sofware son capaces de sustituir a las personas es algo evidente para cualquiera que haya trabajado de…”. Es que el autor cree que: “… este rápido cambio tecnológico ha estado destruyendo trabajos a un ritmo mayor  del que está creando…”.
Mientras “la producción está a niveles récord, la innovación nunca ha sido más rápida, pero al mismo tiempo tenemos unos ingresos medios decrecientes y menos puestos de trabajo. La tecnología avanza muy rápido, y nuestras habilidades y organizaciones no consiguen mantener el ritmo”.
Román observa que en muchos tipos de fabricación, donde están instalados los robots y la automatización avanzados, ahora hay menos personas trabajando en la manufacturación de las  que había a fines del siglo XX.
Y siguiendo en su disertación, el autor mencionado nos dice que: “en el trabajo administrativo y en los servicios profesionales se está dando un cambio menos dramático, pero con un impacto profesional sobre el empleo mucho mayor. Han desaparecido incontables trabajos de oficina tradicionales”.

UNA NUEVA ECONOMÍA
NOTA.- David Román recalca que el humano será sustituido por el robot.
Pero, nosotros, humildemente, recalcamos que es solo una máquina. Y que según la filosofía del Derecho del Trabajo, el hombre trabajador (varón o varona) es insustituible por su condición de humano.
Sustituir al humano es el mito de la tecnología. Después de la creación del mundo al hombre se le creó para que se enseñorease en él. El hombre es el único ser en el mundo que dispone de racionalidad. Como nos dice Alberto Gamarra: “esta le permite pensar, evaluar y actuar de acuerdo a ciertos principios para satisfacer algún objetivo o finalidad con los recursos que tiene a su alrededor”. Y, refiriéndose a la racionalidad, agrega: “… este atributo humano hace que la conducta de nuestra especie sea consciente, en lugar de la instintiva animal, por lo que somos capaces de hacer frente de forma innovadora a problemas que no habríamos tenido anteriormente”. (Trabajo: Las concepciones del ser humano - Alberto Gamarra).
Por su lado, David Román, respecto a los humanos, opina: “… somos animales simbólicos y abstractos, dotados de significados. Una de las manifestaciones en la protohistoria, a parte del lenguaje, sería el enterramiento de sus muertos, lo que significa unas creencias en el más allá”. Y nosotros agregamos: lo que no puede hacer un robot.
Continuando con lo que comenta David Román: “Por lo menos desde 1980 los ordenadores (computadoras) han ido haciéndose de tareas como la contabilidad, el trabajo administrativo y trabajos repetitivos de la fabricación y todos suponían ingresos de clase media.
Y agrega que “por lo menos desde la Revolución Industrial, que comenzó en el siglo XVIII, las mejoras en la tecnología han ido acompañadas de un cambio en la naturaleza del trabajo”.
“No existe una tendencia a largo plazo de eliminar el trabajo de la gente. En largo plazo las tareas de empleo son relativamente estables. La gente siempre ha sido capaz de crear nuevos trabajos. A la gente se le ocurre nuevas cosas que hacer”.
“IBM Rescarch está llevando la computación superinteligente a los dominios profesionales como la medicina”.
Con nuevas generaciones de Watson en medicina, la tecnología podría ayudar a los médicos a diagnosticar enfermedades como el cáncer… y prescribir tratamientos.
“Las nuevas tecnologías están entrando en el terreno de las habilidades humanos de una forma sin precedentes”, afirma Mefec, “muchos trabajos de clase media están en el punto de mira; se ven afectados incluso trabajos que exigen una cualificación relativamente alta en medicina, educación de los trabajadores”.
“… el progreso tecnológico sirve para hacer crecer la economía y crear riqueza, pero no existe ninguna ley económica que afirme que todo el mundo se beneficia de ello. En otras palabras, en la carrera entró la máquina, pero es probable que unos ganen mientras muchos otros pierdan”. (De cómo la tecnología está destruyendo el empleo – David Román [traducido por Lía Moya], 25 de junio de 2013).
“La última parte del siglo XX ha sido testigo de un progreso de alto alcance en las telecomunicaciones, la informática y la ingeniería. Todo lo que constituye una palanca vital en el proceso de relocalización industrial: los centros de decisión de las corporaciones entran en contacto instantáneo con los sitios de producción y las ensambladoras alrededor del mundo. Las innovaciones de la alta tecnología de los años 80 y 90, bajo el capitalismo global, representan un proceso, un instrumento de control y supervisión mundial para las corporaciones… se despiden en un país de salarios elevados, se traslada la producción a otro país de salarios bajos, un número cada vez menor de trabajadores trabaja; cada vez con jornadas más largas y reciben salarios considerablemente menores”.

EL IMPACTO DE LA REVOLUCIÓN CIENTÍFICA
Una serie de autores sostiene que se puede sustituir al hombre-trabajador. Recalcamos que ese es el mito, modernizado por la tecnología.
Al hombre se le crea para que sea el centro de todo, y la totalidad está a su servicio, incluyendo el capital. Pero, según la nueva economía, ¿todo estaría alrededor del robot?
¿Y la mujer –trabajadora? Desde un punto de vista generativo, ¿la podría sustituir un robot?...
¿Qué es un robot? No se necesitaría pensar mucho para contestar: ¡Es una máquina! Alguien mejor dotado podría contestar: es una herramienta al servicio del hombre… Nada más; porque ni siquiera tiene las facultades de un animal: instintiva, reproductiva; mucho menos podría procrear.
Una obra teatral estrenada en el Teatro Nacional de Praga, de la obra Rossum’s Universal Robot (R.U.R.), cuya trama es muy sencilla: un hombre fabrica un robot; que luego el robot mata al hombre.
Suponiendo que el robot desplazase en el campo laboral al humano (he dicho desplazar, no sustituir), nos dice Pedro Donaire Sánchez: “el trabajo es fundamento para la vida. Por ello, algunos filósofos sostuvieron que el hombre dejó de ser un simio o un simple animal, gracias al trabajo”. (Filosofía del Trabajo).
Y Rafael Corazón González establece que: “El hombre se distingue de los animales porque trabaja; en lugar de adaptarse al medio, cambia al medio y lo adapta a sus necesidades… sin trabajar el hombre no es viable, no subsiste”. (Fundamentos para una Filosofía del Trabajo).