sábado, 28 de marzo de 2015

FATIGA LABORAL Y ESTRÉS LABORAL



FATIGA LABORAL
Y ESTRÉS LABORAL

Miguel Suárez Sandoval


La FATIGA LABORAL, como el ESTRÉS LABORAL, son males que aparecieron en el Derecho del Trabajo o Laboral y en la Medicina Ocupacional, en el siglo XX con la aplicación de los medios mecánicos de la gran producción. Según resultados a los que llegan los científicos y estudiosos del tema, la fatiga es conocida desde los tiempos de Moisés y dio origen al descanso, aunque de ella se tenía otro concepto.
El maquinismo, generalmente, fragmenta el trabajo. Al trabajador calificado lo convierte en no calificado y le hace penoso su trabajo, le arrebata su iniciativa y la responsabilidad individual. Ha hecho que el salario no sea equitativo; es decir, no suficiente para vivir.
Con la máquina aparece la búsqueda del gran rendimiento y afán de hacer trabajar sin límites, con jornadas largas e intensas (inhumanas) sin tener en cuenta (en aquellas épocas tal vez por ignorancia) que la mayor producción no está en relación directamente proporcional a la longitud de la jornada.
Antaño, los que proyectaban las jornadas de trabajo, no tenían en cuenta las ventajas de su acortamiento, las pausas, los descansos, las vacaciones, etc. No consideraron que el trabajo era algo natural y placentero mientras obedece a un ritmo lógico o normal, acompasado con el silbo, el canto, la música apropiada según la actividad, y que si se entra en competencia con la máquina y la monotonía, consecuentemente se tropieza con la FATIGA, que tiene gran fuerza para vencer al trabajador.
La única manera de vencer a la fatiga es no empleando al trabajador para los efectos de la producción como si fuera otra máquina más.
La fatiga laboral –consecuencia del trabajo– generalmente es muscular; pero no se puede localizar en un solo músculo.
Nos dice Juan Kaplan que las causas principales, ante todo son el esfuerzo excesivo, la duración prolongada de la jornada y el insuficiente reposo o descanso. (La Empresa y la Salud de los Trabajadores. Págs. 53, 54 y 65).
La fatiga no solo es laxitud o relajamiento y disminución del rendimiento, sino excitación psicosomática, que produce insomnio, pesadillas, angustia, trastornos del humor y del carácter. Al final un adelgazamiento y  en las trabajadoras (mano de obra femenina), alteraciones genitales y el llamado síndrome “de la burra” o “de la mula”.
La fatiga, como palabra, deriva del latín “fatigare” de fatum, que significa “con exceso” y agere “obrar”.



FATIGA LABORAL


DEFINICIÓN.- Comencemos preguntando ¿qué se entiende por fatiga? La fatiga no es una enfermedad definida. Pero su aparición, bajo la forma de un malestar, revela que se ha producido una alteración del estado psicofísico debido a la reducción de la energía por el trabajo muscular.
La fatiga es un estado general del organismo que ha consumido por el esfuerzo del trabajo muchas reservas de energía y cuando ha llegado a cierto grado se produce el agotamiento que solamente se repone mediante un largo reposo absoluto y una alimentación conveniente. Dicho de otro modo, es la resultante de un esfuerzo desmesurado que puede ser físico o psíquico. Igualmente se puede decir: es el resultado de un trabajo prolongado que excede a la resistencia corporal física  y mental del trabajador, y consecuentemente se traduce en la merma de su producción. (Alberto Merani: Diccionario Psicológico).
La Real Academia de la Lengua Española la define como: “Molestia ocasionada por un esfuerzo más o menos prolongado o por otras causas y que se manifiesta en la respiración  frecuente o difícil”.
C. Simonín nos dice: “Es una debilitación momentánea reversible mediante el reposo o descanso de la capacidad física y mental….”
Guillermo Cabanellas, en forma muy sencilla define a la fatiga, diciendo que “… no es sino el cansancio, la agitación o el agotamiento debido a un esfuerzo físico o psicológico que afecta al individuo, al trabajador, sobre la actividad acostumbrada o sobre las fuerzas normales”. (Compendio de Derecho Laboral, T. I, párrafo 583).
Creemos que la importancia de lo dicho por el juslaboralista mencionado está en que agrega: “…la fatiga penetra en el derecho laboral porque ella es la que permite la adecuada medida de la máxima jornada, la que fatigue pero no agote”.
Muchos estudiosos han ensayado sendas definiciones sobre la fatiga; pero cada cual más complicada en su léxico científico acorde con su experiencia. En nuestra condición de profanos en medicina, encontramos más comprensible la que da Letre: “Es sensación dolorosa con dificultad para actuar, motivada por un trabajo excesivo y prolongado”.
Por su parte, el profesor B. Metz comenta que esta definición da prioridad al aspecto subjetivo del fenómeno que objetivamente se produce por una disminución de actividades (C. Simonín: Medicina del Trabajo, T II, pág. 96).
De sus estudios, los científicos concluyen que el hombre es parte de la naturaleza, pero no marcha  al ritmo de esta, o no evoluciona vertiginosamente como evoluciona el mundo en que vive, ya que el hombre sigue siendo más o menos el mismo desde hace siglos.
Los ruidos en las calles, por la concentración de gente y máquinas, a lo que hay que agregar la contaminación, dando un ambiente que incluso afecta hasta los lugares de reposo cotidiano, produciendo intranquilidad que de todas maneras concluye en fatiga.


CAUSAS U ORIGEN

Por las investigaciones efectuadas sobre el tema, se ha llegado a determinar que la fatiga no es causa sino efecto o consecuencia.
Estudiosos de las diversas ramas de la sabiduría, nacionalidad y épocas, han desarrollado sendas teorías y han encontrado que la primera causa es el desequilibrio entre la disminución de las energías del trabajador, por su condición de humano y el requerimiento impuesto por la organización del trabajo a la mano de obra.
Otros autores creen que la principal causa de la fatiga es la monotonía de la vida de las clases modestas.
Fue y es un lapsus creer y afirmar que la longitud de la jornada de trabajo y la producción –en su calidad y cantidad– están en relación directa. Un equívoco que ha costado mucho, sobre todo vidas. (Oficina 32 – Karoshi).
A fines del siglo XX se llegó a determinar que la causa de la fatiga es el simultáneo proceso: Por un lado, el trabajo consume las energías musculares del organismo, y, por otro, se acumulan desechos de la combustión producida en los tejidos, cual verdaderos escombros que son arrastrados por la sangre de las venas. Al pasar los límites permitidos se produce el cansancio. (Hugo L. Sylverter: Diccionario Jurídico del Trabajo).
Bastante sabido es que el trabajo produce o es el origen de los riesgos profesionales que le causa daños en su salud al trabajador, sobre todo al que labora por cuenta ajena. Se comenta que el trabajo, mientras dura, “…produce substancias nocivas, unas de las cuales serían el ácido láctico, el ácido carbónico: estos, al acumularse, originan el fenómeno del cansancio… más que venenosos son escorias o inmundicias producidas por los procesos químicos de la vida que generalmente son quemados por el oxígeno de la sangre, destruidos por el hígado o eliminados a través de los riñones. Y nos sentimos cansados cuando estos detritus se acumulan en la sangre”. (Felice Battaglia: Filosofía del Trabajo, pág. 229).
Conocidísimo es que las jornadas largas producen fatiga y esta no solo es dañina en el organismo del trabajador, sino que por el bajo rendimiento del mismo, está contra la producción, por eso la fatiga resultante del trabajo debe ser preocupación de la trilogía en la jornada de trabajo: 1) duración, 2) rapidez, 3) condiciones de trabajo. Cada puesto de trabajo debe estar catalogado bajo este triple aspecto.
Los estudiosos del tema comentan que la jornada larga es tan impactante (sobre todo psicológicamente) que cuando un trabajador o un grupo de trabajadores al empezar sus labores y si tienen noticias de que la jornada es larga, inmediatamente pierden el buen ánimo.
Desde tiempos lejanos se ha comprobado, por estudios multidisciplinarios, que la fatiga tiene bastante influencia sobre la mortalidad. Y ahora se ha demostrado ante el mundo con la presencia del karoshi.
La fatiga predispone al organismo del trabajador a ser víctima de enfermedades infecciosas con mayor facilidad y, en particular, según los conocedores: “en el caso de la tuberculosis es donde se presenta mayor ensañamiento”. (Alfredo Palacios: La fatiga, págs. 287, 289, 294 – Mencionado  por José Montenegro Baca en su obra: Jornada de Trabajo y Descansos Remunerados).
“La jornada de trabajo continua engendra fatiga, ya que normalmente, hacia el mediodía, la actividad obrera desfallece; la fatiga se hace sentir después de las cuatro (4) horas de trabajo. Una pausa de tres cuartos (3/4) de hora por lo menos, dedicados a la comida es indispensable”, nos lo dice C. Simonín (Medicina del Trabajo: Prevención a la fatiga, T. II, pág. 361).
El excesivo trabajo, ya sea muscular o intelectual afecta al cerebro, incluso cuando el trabajo es manual, porque las células cerebrales se encuentran íntimamente asociadas a la actividad de la fibra muscular, aunque el trabajo se realice automáticamente.
En el trabajador fatigado la reacción es lenta y se le producen olvidos.
Las investigaciones han demostrado que la fatiga afecta al trabajador no solo muscularmente, sino también a los pulmones, riñones y corazón. Según los cardiólogos, el esfuerzo prolongado produce un estrechamiento de los vasos sanguíneos que irrigan el cuerpo, lo que determina mayor trabajo para el corazón que impulsa la sangre… se produce lo que los cardiólogos llaman “hipertrofia cardiaca”.


CLASES DE FATIGA

Existen varias clases de fatiga, la subjetiva, la objetiva, la mental y la visual.
La fatiga subjetiva está en función, entre otras muchas condiciones, a la actitud psicológica del trabajador con respecto al rendimiento laboral exigido. Es decir, está en función al grado de interés por el trabajo. (Max Weber: Sociología del Trabajo Industrial, pág. 82).
La fatiga objetiva es un elemento que limita sensiblemente el control de la energía, y, como una consecuencia, el auto control orgánico del trabajo limitando la capacidad del rendimiento.
La fatiga mental aparece cuando la carga de trabajo es excesiva y se entiende como: “disminución de la eficacia funcional, mental y física”, que comienza a manifestarse con la presencia de errores.
La fatiga visual se ocasiona cuando los lugares de trabajo y las vías de circulación no disponen de suficiente iluminación, ya sea natural o artificial, adecuada y suficiente.
La iluminación deficiente ocasiona fatiga visual, perjudica el sistema nervioso, contribuye a la deficiente calidad de trabajo y es causa de una parte considerable de los accidentes del trabajo.

EL DESCANSO Y LA FATIGA
En el idioma castellano la palabra “antónimo” se usa para expresar ideas opuestas o contrarias. En el caso de la fatiga laboral, su antónimo es “descanso”, y se le da un significado de: “quietud, reposo, pausa en el trabajo…”. Es decir, el descanso es la compensación psicológica al trabajo cotidiano.
La finalidad del descanso es eliminar los residuos de la fatiga causada por el trabajo. Dicho de otro modo: Para recuperarse de la fatiga diaria es necesario dormir (…) alrededor de siete (7) horas durante la noche, de manera que puedan darse todas las fases del sueño y se facilite la recuperación física durante las primeras horas del sueño, y la recuperación psíquica en las horas siguientes.
Reiteramos: Lo que se busca es recuperar la capacidad laboral del organismo y la atención de los trabajadores que, como se ha dicho, son disminuidas por el trabajo.
Sueño.- Años ha en estas mismas publicaciones hemos explicado que: “el sueño comprende dos (2) fases: la primera, un sueño lento y la segunda un sueño rápido. Durante la primera fase se da un período inicial de un sueño ligero; en el segundo período un sueño profundo, en el que las constantes fisiológicas y el tono muscular disminuyen. Esta fase del sueño permite la recuperación física del organismo, que es lo que permite la recuperación psíquica. Durante esta fase, que se repite unas cuatro (4) veces durante el sueño nocturno, aumentan las constantes fisiológicas metabólicas y endocrinas….
Reafirmamos que para recuperarse de la fatiga diaria es necesario dormir alrededor de siete (7) horas durante la noche, de manera que puedan darse todas las fases del sueño y se facilite la recuperación física durante las primeras horas y la recuperación psíquica durante las horas siguientes. (Ver: Ambiente del Trabajo o Laboral,  Oficina 32).


DESCANSOS Y PAUSAS

Descansar proviene de dos (2) palabras: des y cansar. Significa aliviar a alguien en el trabajo; cesar en el trabajo, reparar las fuerzas con la quietud.
El descanso es una necesidad fisiológica precisa para equilibrar el organismo.
El descanso, en su concepto y necesidad, es bastante antiguo, que se pierde en el tiempo, aunque no se le daba el mismo significado que tiene ahora (2015). Ya en las épocas de Moisés existía una norma que decía que seis días se trabajará, pero el séptimo habrá un descanso solemnísimo: “No haréis en él trabajo alguno”. (La Biblia – Levítico, 23.3).
El descanso tiene su valoración en el campo económico, pues la producción del trabajo no depende solo de la duración sino de la intensidad, y esta disminuye a medida que se prolonga la duración del trabajo: hecho comprobado en la fisiología. De esto surge económicamente la necesidad del descanso. (A. F. Cesarino Jr.).
Para eliminar la fatiga, cuando no es crónica, bastan breves pausas de algunos minutos entre las actividades que permiten la eliminación de los elementos fatigantes mediante la irrigación del órgano concreto con sangre fresca, nos dice Max Weber (Sociología del Trabajo Industrial, pág. 81). En estos casos el sueño es insustituible como un medio para la eliminación de la fatiga.






ESTRÉS LABORAL
El ESTRÉS puede surgir cuando un individuo está sometido a fuertes demandas. Y se comenta que el organismo, ante el estrés, produce una respuesta inmediata. El organismo se activa y vuelve a equilibrarse una vez superada la situación.
Así como existen palabras antónimas –tal vez, en algunos casos– para mejor comprensión también tenemos, con similar propósito, palabras sinónimas.
El Diccionario de Sinónimos y Antónimos Espasa, a la palabra estrés le señala como sinónimo la de fatiga. Dicho de otra forma, a las palabras estrés y fatiga las considera sinónimos. Y, siguiendo con el afán investigador, encontramos que a la palabra estrés (castellanizada) la considera derivada de la palabra inglesa stress.
En 1936 (aunque algunos afirman que fue en 1926), el Dr. Hans Seyle –de la Universidad de Montreal– agregó a la terminología médica la palabra “stress”. Según él, es un síndrome, no una enfermedad. Y lo define como un conjunto de reacciones fisiológicas no específicas del organismo a diferentes agentes nocivos ambientales de naturaleza física.
A propósito de lo dicho, los estudiosos afirman que actualmente es frecuente en la población.
El estrés se hace presente, desde las últimas décadas del siglo XX.
Según investigaciones, en Europa el 28% de los trabajadores padecen de estrés, y el 20% son víctimas del síndrome de burnout.
Creemos con gran raciocinio que el estrés es “la reacción fisiológica y psicológica del organismo a las demandas hechas por él”. Hans Seyle dice que: “… en principio se trata de una respuesta normal del organismo ante la situación de peligro…”. Y agrega que las causas son muchas.


ALGUNAS DEFINICIONES
Y DENOMINACIONES

Al estrés laboral, generalmente, lo definen como “una respuesta fisiológica, psicológica y de comportamiento de un individuo que intenta adaptarse y ajustarse a presiones internas y externas, produciéndose en él un desajuste entre la persona, el puesto de trabajo y la propia organización”.
Al estímulo o situación que provoca la respuesta se le llama “estresor” o “situación estresante”.
No hay una uniformidad conceptual. Y esto se refleja cuando se trata de dar una definición.
Según María Fernanda Caballero Lozada, algunos como Martinetaly (2003) y Gil-Monte (2010), dicen que “estrés es un término ambiguo” y su definición ha sido revisada en varios estudios, indicando la falta de consenso sobre dicha definición.
Para Julieth Mejía: “… al estrés se puede definir como un conjunto de reacciones nocivas, tanto físicas como emocionales que concurren cuando las exigencias del trabajo superan las capacidades, los recursos o las necesidades del trabajador. Y agrega que: “… el estrés puede conducir a la enfermedad psíquica y hasta física”.
La Organización Mundial de la Salud  (OMS) establece que el estrés laboral es “uno de los diez problemas principales de la salud relacionados con el trabajo, siendo un precursor de serias dificultades de salud mental, entre ellas el suicidio” (María Fernanda Caballero Lozada).
Como lo decimos –y ahora recalcamos– el  Centro Canadiense de Salud y Seguridad Ocupacional define al estrés laboral como: “las respuestas dañinas de tipo físico y emocional que pueden ocasionarse cuando hay un conflicto entre las exigencias del empleo sobre el trabajador y el nivel de control que ese trabajador tiene para manejarlas”.
Denominación.- Pedro R. Gil-Monte comenta que en el español existen unas 19 denominaciones diferentes, generando confusión entre los profesionales y académicos de habla hispana, porque toman como referencia el contenido semántico anglosajón burnout, que, a su vez, es cogido de estrés laboral. Pero las diferentes denominaciones conducen a pensar que se trata de algo distinto.
Entre otras patologías afines o con nombres similares, tenemos: aburrimiento, agotamiento, cansancio, disgusto, depresión, estrés, fatiga, surmenage (bastante usado en el Perú a mediados del siglo XX), etc.

ESTRÉS LABORAL: GÉNERO Y CAUSAS
Algunos estudiosos del tema, recalcamos, creen que el estrés laboral es producido por la precipitación en las labores y la acumulación desordenada de tareas, por las circunstancias políticas en que los trabajadores se ven obligados a vivir. Y otros sostienen que “específicamente la causa más citada productora del estrés es la falta de tiempo o las excesivas exigencias laborales señalando entre ellas al miedo a las lesiones por accidentes del trabajo, las deficiencias relacionadas interpersonales con los compañeros de trabajo o superiores, la amenaza del despido o pérdida del puesto de trabajo y la necesidad de aprender informática.
Las nuevas tecnologías, como Internet y el correo electrónico, hacen que los trabajadores estén conectados permanentemente a sus puestos de trabajo. Los profesionales de la salud son los que más se quejan de excesivas labores (50%). Además, a un tercio de ellos, el estrés laboral les causa el riesgo de accidentes, lesiones o enfermedades ocupacionales (o profesionales); las jornadas con muchas horas de trabajo y los turnos irregulares. Se calcula que los profesionales de la salud ascienden en un 46% entre los que sufren múltiples causas de estrés en actividad laboral.
Tanto la edad como el género pueden ser condicionantes del tipo de estrés. Hay diferencias entre los jóvenes con los de edad mediana o con los por jubilarse. Los jóvenes están habituados y han visto ordenadores (computadoras) desde niños, no así los sexagenarios. Y su uso, en ellos, puede ser la causa de su estrés laboral. Y en las mujeres, por sus actividades del hogar recargadas al de su puesto de trabajo por cuenta ajena.
Nos dice Judi Light Hopson: “… un empleado (léase trabajador) sobrepasado por el estrés puede explotar por una pequeñez. Y ahora (2008 – 2015), por razones de lo que llaman crisis económica mundial, el constante y progresivo crecimiento del despido, tiene como conducta creciente niveles de depresión psicológica y deteriora la salud mental”, nos comenta Jeremy Rifkin (mencionado por Pablo Heller).
Las reacciones o causas del estrés laboral no en todos los casos son iguales. Hay diferencias tanto por el género como por la edad. Y el problema por tales o cuales circunstancias es un factor de riesgo, causante de enfermedades como la hipertensión del corazón, úlceras, etc.
De igual manera la educación, la condición económica, el género y el estado mental están relacionados con la salud. Pero no podemos afirmar de la existencia de una regla fija.
Las mujeres tienen el porcentaje más bajo de muerte en el lapso de adultez. Sin embargo, es notorio que están enfermas más a menudo que los varones. Los estudiosos del tema atribuyen estas circunstancias a diversas causas, principalmente al factor biológico. Y concluyen que la fortaleza de la mujer, a cualquier edad, se debe a la protección genética por la presencia de dos (2) cromosomas. Y, en el caso de las mujeres mayores, a los efectos básicos de las hormonas femeninas.
La menstruación y su embarazo también hacen que las mujeres estén conscientes de su cuerpo y su funcionamiento.
Las mujeres consultan con el médico durante el embarazo, previamente en el lapso que están tratando de quedar embarazadas y para pruebas de rutina,  lo que detecta el cáncer de cérvico-urinario y tienen más probabilidades de ser hospitalizadas que los hombres.
Como hemos comentado supra, al tratar sobre los trabajadores docentes, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) afirma que “la principal causa del estrés laboral es la falta de control del sujeto sobre su propia situación y el mundo competitivo actual, con mayor presión de tiempo, inestabilidad en el empleo, exigencias de calificación y crecientes requerimientos en el trabajo, mencionado por Luz Marina Jauregnibery, Julio Chávez, Magdalena García Salbrarini, Marisol Orlando y Anabele Ghilino: Condiciones de trabajo y salud de los docentes. (miguelsuarezsandoval.blogspot.com).
Los conformantes del gremio de la docencia son víctimas del estrés, la ausencia y la depresión. Y por tal motivo ocupan los primeros puestos en la lista de enfermedades, causa de la baja laboral.
El estrés laboral en las mujeres trabajadoras produce consecuencias en el desarrollo físico-social del niño.
Después de mucho tiempo que se ha querido negar los efectos que produce el aborto, ahora se admite la existencia del síndrome post aborto, por el sinnúmero de trastornos que aparecen en la mujer que fue intervenida y que no solo afectan a ella sino a todos aquellos que participan, directa o indirectamente, comenzando por el marido, los hermanos del nonato, los abuelos y, en algunos casos, el médico interviniente.
Entre los efectos o consecuencias del mobbing o acoso psicológico está el estrés, nos lo dice  Elena Aznar. La legislación y jurisprudencia laboral comparadas, aunque no se encuentra por doquier, considera al mobbing como una especie de estrés laboral; pero establece que no ocurre por causas directamente relacionadas con el trabajo desempeñado, sino que su origen en las relaciones interpersonales. Y se ha establecido como una sentencia la imposibilidad que un trabajador estresado no puede o no debe trabajar en equipo.
Las mujeres trabajadoras en los tres primeros  meses de gestación no deberían trabajar para evitar malformaciones en el feto. Por ejemplo, fisuras labiopalatinas, porque en ese lapso la guagua se desarrolla y adquiere forma y estructura. Estas malformaciones se producen por el estrés laboral materno.
Juan José López-Igor comenta que de los estudios hechos (en Francia) se ha comprobado que “… ante las grandes crisis, los hombres trabajadores sufren más que las mujeres, porque aquellos, en lugar de expresar abiertamente sus sentimientos, como lo hacen aquellas para enfrentarse con el estrés o la frustración usan mecanismos como la violencia o el alcohol” (J. J. López-Igor, director del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Clínico San Carlos – Madrid, España).
Robert M. Post, profesor adjunto de psiquiatría de la Universidad George Washington, opina que: “… la depresión es una patología que asociada al estrés genera daños cerebrales en los pacientes que pueden derivar en la aparición de demencias o enfermedades que afectan a la memoria, como el alzheimer (ver: Depresión – Oficina 32).
Los profesionales de la salud y entre ellos las enfermeras, son grandes generadores de estrés laboral, porque viven situaciones de excesiva intensidad profesional; sobre todo los que están mucho tiempo en el quirófano.
El despido es un gran generador de estrés.
Los educadores son el gremio que, por el ejercicio de su profesión, corren el riesgo de sufrir depresión. Por la carga de trabajo concluyen en un estrés laboral. Y los que abandonan la docencia, generalmente, lo hacen por trastornos mentales. Y algunos de los que permanecen leales a su profesión, concluyen en una vejez prematura; razón o motivo por lo que la docencia está dejando de ser una profesión atractiva, según Fernández J. A., sobre todo para los varones, dado a su responsabilidad familiar y consecuentemente se está convirtiendo en una profesión de género.
Como consecuencia de los cambios sociales que afectan familiarmente a su economía y valores, a lo que habría que agregar los conflictos internos con los alumnos, otros docentes y el cansancio por el trabajo profesional, el ambiente laboral se carga de factores de riesgo que terminan siendo una fuente de estrés laboral.


CLASES DE ESTRÉS LABORAL
Y DIFERENCIAS
Según la ocupación del trabajador y ambiente de trabajo, se establece una clasificación en el estrés laboral. Por ejemplo, el estrés laboral de responsabilidad y entrega lo sufren los trabajadores de la salud; y el estrés por relaciones y servicios directos con personas lo sufren los docentes.
Para algunos autores hay diferencias entre el estrés físico y el estrés mental; mientras otros combinan sus definiciones y opinan que estas diferencias derivan o provienen del origen o causa.


LA FATIGA LABORAL
Y EL ESTRÉS LABORAL… ¿SON LO MISMO?

Al problema de la fatiga laboral y al estrés laboral, actualmente no se le da la debida importancia por las autoridades de la salud y mucho menos por las del trabajo. No fijan su atención, tal vez por desconocimiento de lo que es.
Los empresarios (dadores de trabajo) aún con su afán de bajar costos laborales se desviven por reducir salarios, incluso el salario mínimo vital. Y se pelean… ¡Mama mía! Esto provoca una situación estresante.
Tal vez sea una excepción la Unión Europea (UE) y la Organización Mundial de la Salud (OMS). En esta excepción no están los organismos gremiales y/o administrativos del Perú. En el orbe laboral se está tan atrasado, en este rubro que no se ha llegado a determinar que lo uno es lo mismo que el otro; ni si es similar; o si lo uno es consecuencia del otro.
Se concluye que la fatiga no es causa, sino efecto o consecuencia.
Del estrés laboral se susurra que no es una enfermedad propiamente dicha. Y algunos creen que solamente es un síndrome y lo consideran causa de algunas enfermedades.
Lo que sucede es que cada día aumenta el número de estresados e igualmente aumentan los “factores de riesgo”.
El estrés laboral causa problemas al trabajador, esencialmente a la mano de obra femenina, al dador de trabajo, al Estado y en última instancia a la sociedad.
Se debe adaptar el diseño de los puestos de trabajo adecuadamente al ámbito de trabajo para que el trabajador realice su actividad con satisfacción. Recordar que lo que más incentiva la mano de obra del mundo es una buena remuneración que al trabajador lo haga comprender que su labor está debidamente remunerada. Y a esto habría que agregar un horario de trabajo que, en lo posible, no le afecte la vida familiar o le altere el reloj biológico.
También se podría evitar adaptando el trabajo por cuenta ajena a la persona del trabajador; especialmente a las mujeres trabajadoras por su condición de MADRES y ¡la misión que han traído al mundo por Dios encomendada!