viernes, 13 de septiembre de 2013

LA UTA O LEISHMANIASIS TEGUMENTARIA

LA UTA O LEISHMANIASIS
TEGUMENTARIA

                            Miguel Suárez Sandoval



La leishmaniasis tegumentaria es una enfermedad granulosa crónica, producida por leishmanías dermotrópicas que comprometen la piel y/o mucosas; transmitida por un insecto vector  en focos endémicos ampliamente distribuidos en zonas tropicales y en algunas regiones interandinas.
         «Es una úlcera o lesión verrugosa… localizada en las áreas expuestas de la piel, sobre todo en la cara».  En el Perú se le llama comúnmente uta, palabra derivada del quechua. Asimismo, en otros países se le denomina con palabras muy propias de la región.
         Esta enfermedad es producida por diferentes especies de parásitos y transmitida por  mosquitos phlebotaminae; ocasiona graves daños en los tejidos que los desfiguran y mutilan la cara de los trabajadores forestales infectados.
         La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha incluido  a la leishmaniasis en la lista de  enfermedades de declaración obligatoria. Denomínase así «… a aquellas enfermedades transmisibles, que  los médicos están obligados a notificar (léase comunicar)  al centro de salud pública correspondiente, por ser de importancia a la comunidad», y en ciertos países ha sido declarada endémica (propia y exclusiva de determinadas localidades  o regiones)  por el correspondiente ministerio.
         Los estudiosos de esta enfermedad (Ceballos E., Ceballos L., Zuño  Rursteinz) afirman que esta enfermedad se conoce en el Perú desde épocas precolombinas; que la cultura Mochica –que se desarrolló en el norte del país mencionado, en lo que hoy pertenece  a la región Lambayeque, entre los siglos III y  X  de  la  era cristiana- conclusión a la que se ha llegado por los huacos retratos (Historia de la Dermatología en el Perú, pág.  311).
         La leishmaniasis tegumentaria (uta) se presenta, generalmente, en los trabajadores agrícolas o del campo, en regiones tropicales, por ejemplo en Cajamarca y San Martín, norte del Perú, por el medio o ambiente en que el trabajador se ve obligado a laborar.
         Hasta el presente (2010), según los estudios realizados por los científicos, en muchos países, no se ha podido determinar, con certeza, si es o no una enfermedad profesional u ocupacional; la razón es que «… para que una enfermedad pueda  jurídicamente ser considerada  profesional es necesario que  esté contemplada o inscrita en una lista de enfermedades profesionales».
         En Argentina se han profundizado los análisis e investigaciones y se  ha promulgado la Ley N° 24557, más tarde modificada por el Decreto N° 1278, art. 2°, y en España, según Real Decreto  1995/1978 se considera a la leishmaniasis tegumentaria, una enfermedad profesional; además, el Real Decreto mencionado fue modificado por el Real Decreto 2821/1981 que establece: «… se permite considerar como enfermedades profesionales las contraídas de otras actividades distintas a las contenidas en la lista». En la nueva lista de enfermedades profesionales de España, en el orden  dieciséis (16) considera como tal a la leishmaniasis tegumentaria (26 de agosto de 1975).
         En la legislación laboral peruana, el Decreto Supremo N° 003-98-SE, enfermedad profesional es: «todo estado patológico permanente o temporal que sobreviene al trabajador, como consecuencia directa de la clase de trabajo que desempeña o del medio en que se ha visto obligado a trabajar». Crea dudas. La razón es que la leishmaniasis tegumentaria no se produce en los trabajadores  por la labor que realizan sino por la zona tropical en que trabajan.
Existen enfermedades transmitidas por el medio en que laboran, como la tuberculosis y otras como nódulos en la laringe, depresión… como consecuencia de su oficio. G. Wilhelm-Seibniz considera que en algunos lugares de trabajo y ocupaciones, recalcamos que el personal docente también está expuesto a mayor riesgo ante la violencia, y señala que son las mujeres, generalmente, las víctimas. A los docentes, sobre todo en los primeros años del ejercicio de su carrera, los trasladan a zonas lejanas de las ciudades y capitales, por ejemplo regiones tropicales e interandinas y contraen la enfermedad de Carrión, o verruga peruana y la leishmaniasis tegumentaria.
         Los trabajadores víctimas de esta enfermedad, como muchos otros trabajan generalmente para una empresa de servicios, y quedan desamparados, sin curación, asistencia hospitalaria, ni pensión por el grado de incapacidad, ni beneficios por retiro anticipado. Igual cosa sucede con los trabajadores de la salud «que ven o resguardan la salud de los trabajadores rurales en zonas endémicas; la prevención, emergencias tecnológicas, accidentes del trabajo, enfermedades ocupacionales.  El trabajo de estos profesionales apremia a los contratistas y tercerizadoras forestales cumplir un requerimiento legal ya que tienen la obligación de verificar los grupos de trabajo dispersos en áreas rurales con la finalidad de controlar el uso de los equipos de seguridad, trajes de fumigación, casco, ropa de trabajo adecuada a la tarea- las condiciones del ambiente laboral y realizar charlas de inducción a la seguridad y persuasión de los comportamientos riesgosos».
         El mosquito vector generalmente ataca a los trabajadores foráneos. Dicen los especialistas que los lugareños ya están inmunizados. Como es sabido que el trabajador, por ejemplo los docentes, en el tiempo que ejercen su profesión son trasladados a diferentes regiones, en las que pueden contraer la uta o leishmaniasis tegumentaria.
         La leishmaniasis tegumentaria, hemos dicho supra, ha sido declarada «endémica». De igual manera se ha comprobado que a los lugareños no los ataca (porque están inmunizados), pero sí a los foráneos, entre ellos a los trabajadores trasladados a esas regiones endémicas, como docentes, trabajadores de la salud o del Ministerio del Trabajo.
         En la doctrina laboral comparada se ha establecido que no son enfermedades profesionales las endémicas «cuando por ellas fueron alcanzados los empleados habitantes de la región» (Brasil). A contrario sensu deben ser indemnizados cuando la enfermedad se produce en trabajadores recién llegados, temporalmente de otras regiones.
         Es conveniente revisar, de tiempo en tiempo, más o menos cada tres (3) años, la lista de enfermedades profesionales, porque  todo cambia en el mundo, evoluciona… sobre todo con las nuevas sustancias químicas y nuevas tecnologías que han dado lugar a recientes enfermedades resultantes del trabajo. Contemplando también la evolución de las ciencias médicas y conocimientos que se pudieran adquirir en esta materia.
         Hay muchas enfermedades profesionales a las que en varios países no se les considera como tales; pero no por eso dejan de producir lesión o muerte. A otras se les considera enfermedades del trabajo; denominadas así por la causal. Y aún hay otras que, aparentemente, no producen lesiones, por ejemplo, el estrés profesional que contraen los docentes; no por eso es aconsejable negarle su registro, como a la enfermedad que nos ocupa.
         En el preámbulo de la Constitución de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se proclama que «la protección del trabajador contra las enfermedades y lesiones sufridas en el empleo» constituyen condiciones necesarias para «una paz universal y duradera». Esto significa que para la OIT la mejora de condiciones de vida y de trabajo constituye un elemento fundamental de los derechos universales.
Los organismos gremiales de nivel nacional deben convenir en una convención colectiva con su  empleador, el Estado o un particular, el compromiso de correr con todos los gastos de medicina, hospitalización y prótesis o contratar con un tercero el traslado de la obligación por una póliza de seguro en los casos de uta o leishmaniasis  tegumentosa.


EL SÍNDROME DEL TÚNEL CARPIANO O MAL DE LAS LAVANDERAS

EL SÍNDROME Del túnel carpiano o mal de las lavanderas

                                   Miguel Suárez Sandoval



El síndrome del túnel carpiano afecta a los trabajadores que laboran habitualmente realizando movimientos repetitivos, sobre todo cuando el centro de trabajo no está adecuado a la estatura del trabajador. Lo padecen generalmente los trabajadores que laboran en plantas de ensamblaje, costura, acabado industrial, limpieza, embalaje de carnes y pescado, los cajeros de supermercados que utilizan escaneos electrónicos, trabajadoras de las plantas empacadoras y/o procesadoras de espárragos, alcachofas, espinacas… cuando  usan sus manos en movimientos repetitivos cortando con cuchillos o tijeras, o aquellos trabajadores de construcción civil que usan herramientas manuales vibratorias.
También se presenta el síndrome del túnel carpiano en los trabajadores del campo,los cortadores de caña de azúcar en los fundos y haciendas, cortadores de carne o pescado, peluqueros, violinistas.
«La repetición reiterada de movimientos a lo largo de la jornada laboral y el inevitable paso de los años, pueden llevar a las manos al colapso, el dolor constante y la limitación del movimiento», expresa Gerardo Mora. Y añade que en estas condiciones se «… van inflamando o desgastando los tendones, que hacen imposible el normal movimiento de las manos». (¿Nuestras Manos Trabajadoras Incansables?).
Se ha llegado a la conclusión que también lo sufren los digitadores; es decir los que escriben usando el tablero de una computadora u ordenador.
Como antecedentes hemos encontrado que en el siglo XVIII (1798) William publicó Description and Treatment de Entanceosis Diyea sis, donde asocia cuadros cutáneos con profesiones diversas… así el eczema de las lavanderas considerado como dermatitis profesional (Trabajadores de la Salud).


Causas

Por la manipulación de substancias alergizantes, que son numerosas, las lavanderas sufren dermatitis alérgica y esto es debido a la acción compleja del agua, los álcalis y los hipocloritos. El que con mayor frecuencia produce quemaduras es el hipoclorito de sodio (lejía). El hipoclorito de sodio, generalmente usado disuelto en agua en varias concentraciones, se usa comúnmente como blanqueador.
En las lavanderas se presentan dos tipos de enfermedades: la primera una inflamación de todos los tendones que pasan por las manos y producen problemas de movimiento o de irritación a los nervios vecinos; entre las enfermedades que ocasionan podemos mencionar la del túnel del carpo. Esta inflamación de los tendones, que flexionan los dedos y que a la vez comprimen al nervio mediano, producen un adormecimiento, dolor y falta de fuerza en la mano; se hace más notoria la afección en las horas de la noche y muy temprano, en las mañanas, cuando baja la temperatura, a esta enfermedad la llaman Síndrome del Túnel Carpiano de origen ocupacional, por lo tanto catalogable como enfermedad ocupacional o profesional. Según Juri Carbajal Bañados «el síndrome del túnel carpiano, es una lesión por compresión o edema local o sustracción vascular del nervio mediano en el canal del carpo, por una actividad de los tendones flexores superficiales y profundos de los dedos». (Apuntes Técnicos sobre Enfermedades Profesionales, pág. 8).  El síndrome del túnel carpiano se produce por la compresión del nervio mediano a su paso por la muñeca. Este nervio atraviesa un estrecho túnel formado por huesos y ligamentos que, en determinadas circunstancias, puede estrecharse y comprimir el nervio. Dado que este nervio se encarga de la sensibilidad y de la movilidad de parte de la mano, que fundamentalmente consiste en alteraciones de la sensibilidad. Puede considerarse enfermedad profesional. (Eroshi Consumer: Síndrome del Túnel Carpiano. Enfermedad profesional en Aumento). La segunda es llamada Enfermedad del Resorte y su nombre se debe a que el tendón flexor de cada dedo se «engruesa» y comienza a quedarse «pegado» o «engatillado» y cuando se flexiona o estira salta como un resorte.


Síntomas

Los estudiosos del tema señalan que los síntomas son: “… ardor y hormigueo frecuente o entumecimiento con picazón en la palma de la mano y los dedos, especialmente el pulgar, el índice y dedo medio”. Los síntomas pueden presentarse: “… en una o en ambas manos durante la noche…”.
A medida que el mal avanza, se presenta: “…disminución en la fuerza de agarre, que podría dificultar cerrar el puño, asir objetos pequeños o realizar otras tareas manuales” (NINDS – Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares).
La inflamación de los tendones extensores del dedo pulgar produce muchísimo dolor, es la tendosinovitis, también llamada «enfermedad de las lavanderas», dado a que se produce por el esfuerzo que hacen al exprimir a mano grandes cantidades de ropa.
La tendosinovitis o tendovaginitis, generalmente los tendones van enfundados en una vaina, en cuyo interior existe un fluido espeso (líquido sinovial) que su función es lubricar.
Las actividades físicas a que se someten a los tendones son micro traumatismos que repetidos pueden dar origen a inflamaciones agudas o crónicas del propio tendón o de la vaina y aparecen las enfermedades tendosinovitis y tendovaginitis. Estas enfermedades también las sufren los mozos de restaurantes, cajeras, costureras, dactilógrafos, mecanógrafos y lavanderas. (José Vicente Silva Alonso –Iñigo Fernández Cantabria - NE de España).
También se presenta en las cosechadoras de espinacas. Hacemos presente que nos referimos especialmente a las cosechadoras de a mano.
La cosecha o recolección se puede hacer de dos maneras: la primera, arrancando la planta entera y luego se le corta la raíz; la segunda, cortando solo las hojas dejando la planta para un nuevo brote. La primera es generalmente  para el consumo en refresco y la segunda para la industria.
De igual modo se presenta esta enfermedad en los trabajadores y trabajadoras que escogen legumbres o frutas pequeñas en los centros de acopio o mercados de abastos.
Al síndrome del Túnel Carpiano, los especialistas, lo definen como «… nerviopatía periférica que ocurre cuando el nervio mediano, que abarca desde el antebrazo hasta la mano, se presiona o se atrapa dentro del túnel carpiano, a nivel de las muñecas» y las mujeres son tres veces más propensas a contraer esta enfermedad que los hombres y puede ocurrir a cualquier edad.
Los especialistas opinan que esto puede suceder porque las mujeres tienen el túnel del carpo más pequeño; y este mal puede presentarse  en una o en ambas manos (Eroshi Consumer: Síndrome del Túnel Carpiano. Enfermedad Profesional en Aumento).
En las fábricas conserveras de espárragos, alcachofas, espinacas, donde generalmente no trabajan ocho (8) horas sino doce (12): jornada inhumana, particularmente en la temporada de cosecha, los siete (7) días de la semana; las trabajadoras de esas plantas empacadoras y/o procesadoras, permanecen de pie toda la jornada y utilizan mucho sus manos para la manipulación del cuchillo o tijeras, teniendo mayor exigencia en esa parte del cuerpo.
Las posturas y esfuerzos intensos, el estar mucho tiempo de pie generalmente origina patologías musculares que –asociadas con otras, como várices en los miembros inferiores– los movimientos repetitivos, por el uso de cuchillos o tijeras, originan enfermedades tales como el síndrome del túnel carpiano, siendo las personas con diabetes las más propensas a padecer el síndrome del túnel carpiano.
En la lista de enfermedades profesionales de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), revisada el 2010, registra como enfermedad ocupacional o profesional al Síndrome del Túnel Carpiano.