LA MANO
DE OBRA Y LA CRISIS
ECONÓMICA
MUNDIAL
Miguel Suárez Sandoval
¿Crisis? «La hay, es cierto; pero no afecta a todos por igual…». Por
ejemplo, se dijo en el primer quinquenio de este siglo (XXI), antes de la
crisis, que: «… en España hay necesidad de contratar ingenieros en informática
y medios extranjeros… en los próximos cinco años se necesitarán en España más
de treinta mil profesionales del sector
sanitario e ingenieros informáticos y la situación puede extrapolarse al resto
de la Unión Europea… los profesionales más demandados son médicos de familia,
anestesiólogos, dermatólogos, ginecólogos, neurocirujanos y pediatras (El
Diario, periódico de España, 7 de noviembre del 2008).
España, que no hace sino más o menos cuatro años (2010), pedía o aceptaba
emigrantes en diversas profesiones, ahora tiene más o menos cuatro millones 400
mil (4’400,000) parados, porque la legislación dada últimamente, por ejemplo
sobre reforma laboral, se dio: «… para apoyar a la empresa para que pueda
afrontar sus situaciones», como lo dijo José Luis Rodríguez Zapatero en el
Parlamento español el 22 de marzo del 2011.
Con la crisis mundial el desempleo se ha incrementado y llegado a
un nivel jamás experimentado; además muchos
millones se han retirado de la fuerza laboral porque, como no encuentran
trabajo, se han desalentado y los salarios netos han perdido su poder adquisitivo.
En la última semana de junio del 2012, se anunció que de España
habían emigrado 130,000 trabajadores; y que se había iniciado un programa de
enseñanza de idiomas, sobre todo alemán y chino. Así como en el Perú a los
niños educandos, de los colegios particulares de gran costo, se les está
enseñando chino mandarín y otros idiomas, para los efectos de un buen
desarrollo de la futura mano de obra.
Cuando tratamos de la globalización de la economía dijimos que: «…
los grupos económicos más poderosos, a través de los mercados internacionales
de las materias primas, base de la economía […] son los que suben y bajan los
precios» (Juan Amadeo Alva Gómez).
Como lo aseguraban Cicerón y Séneca, los gobernantes, en los
diversos países, con la finalidad de atraer capitales, mienten y mienten (que
algo queda dice una sentencia popular), ofreciendo liberación, estabilidad política
y tributaria; pero, si le diésemos una mirada panorámica a la clase trabajadora
(2008-2014) veríamos, aún «cerrando los ojos», que los trabajadores y sus
familiares viven un estado de terrible y permanente agonía. Desesperados porque
quienes deben acordarse de ellos, se han olvidado; no tienen salario mínimo
vital, sino en el papel; en la mayoría de países; incluso porque las grandes
organizaciones mundiales del mercado bursátil, con el pretexto de la gran
crisis económica, han quebrantado sus características, violado los derechos de
los trabajadores por cuenta ajena, y, particularmente,
han sentado un mal precedente, caso de Grecia (2012). De los trabajadores sólo se acuerdan en las
campañas electorales y sobre todo entre los resultados de las elecciones. La
Ley, incluso la Constitución del Estado, que lo establece, no se respeta; es
decir, doctrinariamente no existe, como tampoco la jornada máxima legal, y en
cuanto a condiciones de trabajo… los trabajadores mueren en su centro de
trabajo, como los pueden atestiguar los medios de comunicación. ¡Qué ironía!:
la Constitución, en cuanto al capítulo sobre trabajo, para unos es un poema de
Homero, mientras que para los trabajadores son los versos de Nerón.
La crisis económica, a los trabajadores que más afecta es a los
emigrantes; si por su mala situación emigraron, en el país que los acogió ahora encuentran lo mismo
o algo peor: el desempleo o tal vez la repatriación.
Reiteramos: la crisis en Europa y Estados Unidos de América está
afectando, básicamente, a los emigrantes, entre ellos a peruanos, aunque al
respecto los analistas no se ponen de acuerdo sobre su gravedad; pero sí es
notorio que los afecta por el desempleo
o «paro» como lo llaman en esos lugares. Nos dice Helen Medina, España: «Soy
peruana… pero me duele saber cada día el sufrimiento de miles de paisanos que
están en este país y padecen infortunio».
En las grandes ciudades como Hong Kong «la economía se caracteriza
por lo reducido de los salarios; la supervivencia familiar depende del trabajo
de varios de sus miembros; y lo percibido por los hijos es cada vez más
importante para la renta familiar y el salario de las hijas sirve para pagar
los estudios de sus hermanos menores (Úrsula Shama)
América Latina en conjunto cuenta con un capital humano muy
significativo y con recursos no sólo en cantidad sino también en calidad y
especialización; con nuevas «castas» se está formando y adquiriendo experiencia
laboral. La crisis frenará el
crecimiento de la mayor parte de los pueblos y creará una legión de
desempleados; se dice –según los organismos laborales internacionales– que la
afectación será más grande en las zonas urbanas, recomendándose una especial atención para el sector laboral femenino
y los jóvenes que podrían ser los sectores más afectados por su vulnerabilidad,
como lo hemos dicho supra. Las
inversiones son necesarias, han cumplido un papel muy importante en
muchos países, pero hay que ver las nuevas experiencias que por las grandes inversiones
se instalan las empresas multinacionales, éstas desplazan a las pequeñas y
medianas, originando despidos o desempleo.
La tecnología es buena
pero tiene sus bemoles
La crisis del siglo XXI ha traído problemas diferentes a la de los
años treinta del siglo XX, sobre todo en cuanto a la desocupación. El promedio
de vida era desde fines del siglo XIX de más o menos cuarenta años; ahora (2014)
casi se ha duplicado: La crisis actual nos sorprende con un gran número de
ancianos y muchos de ellos trabajando con un menor cansancio, un apreciable
rendimiento, y la mano de obra
joven ha experimentado un gran crecimiento.
Según los especialistas, a los trabajadores ancianos hay que
mantenerlos en sus puestos en los cuales están habituados; despedirlos es decirles «prepárense para la muerte», porque
no se les ha acondicionado.
El Estado y
en general toda
autoridad competente dentro de su
jurisdicción, particularmente en las épocas de crisis (2008 - ….) deben estar
vigilantes de los empleadores para que no impongan a rajatabla las teorías webb, es decir: «… ante una fuerte necesidad,
mayor que la de otros, se está dispuesto a aceptar un salario aunque éste
fuese inferior al nivel considerado como
«justo», igualmente «un trabajador con capacidad superior podría sentirse
dispuesto a aceptar un tipo inferior de pago por pieza, en la creencia que sería
capaz de compensar la inferioridad del salario con su propia capacidad
superior».
La crisis (2008 - ....) al trabajador asalariado le creó una
situación peor a la que tenían en épocas pasadas los esclavos, porque a estos
nunca se les negó el derecho a comer y que ahora sí se les niega a los asalariados:
el derecho a la vida.
La triste realidad es que el trabajador por cuenta ajena con
trabajo sigue perteneciendo a la clase trabajadora; pero hay una gran mayoría (que
en el mundo se cuentan por millones) que son
los desocupados, porque han perdido su puesto de trabajo; además, por su
edad, su situación se les agrava; su estatus es el de semiesclavitud.
Lo dicho repercute hasta en la organización gremial, porque el
número de afiliados ha bajado considerablemente y el sindicato ha perdido
fuerza social.
En el mundo (2014) existe una gran oferta de mano de obra que
supera en mucho la demanda. La legislación laboral está tomando nuevos giros;
los trabajadores manuales están disminuyendo, y, en los que quedan, se nota muy
poca inclinación por las organizaciones sindicales y en estas ha aparecido una
oligarquía que ha espantado a la intelectualidad. Las empresas, como una
consecuencia de los estudios de la Tercera Revolución Industrial, han tomado
la decisión de ahorrar mano de obra;
influenciando las grandes multinacionales sobre las empresas pequeñas.
Las crisis debilitan las posibilidades de las negociaciones
colectivas entre el empleador o dador de trabajo y los trabajadores; se dice
que: «… ahora ya no son imprescindibles los grandes pactos laborales
tripartitos y bipartitos, necesarios en la post guerra, para dotar a los
regímenes económicos de la base social necesaria y la paz social» (Alfredo
Néstor Atanasof: Globalización y Sindicalismo: (La Antesala de una Revolución en el Concepto de Trabajo). Recordemos
que el objetivo de las empresas es obtener ganancias; y el desarrollo de su
actividad productiva depende de la mano de obra contratada. Por aquellas
circunstancias o momentos, el empleador está más sensible que de costumbre a
todo lo que, como consecuencia, sea un incremento del coste de la producción.
Esto puede también significar la preponderancia del tercer sujeto de la
relación laboral: la sociedad representada por el poder del Estado y éste recomendar
la corrección de una determinada coyuntura y pedir a las partes la observancia
de ciertos límites; por ejemplo «aconsejar» no elevar los precios de los productos,
estar pendiente en el precio de productos claves como el petróleo y del gas
natural de uso doméstico, o de las divisas, favorecer la elevación de los
salarios en una convención colectiva o fijarle un tope en un tiempo determinado,
pero siempre sin hacer interpretaciones que perjudiquen al trabajador y vayan en contra de los
Principios del Derecho del Trabajo; por ejemplo un ministro de Trabajo no debe
opinar sobre una ejecutoria y con su opinión estar contra el sector laboral, o
que un alto funcionario estatal opine en contra de la fuerza laboral, sin ser
especialista: zapatero a tus zapatos.
La crisis mundial (enero 2009) está considerada como la más
triste; además, es la más grave desde la gran depresión de los años 30 del
siglo XX y algunos economistas como
Atephen Stepne Roach, presidente de Morgan Stanley, Asia, cree que el crecimiento de la economía en el mundo, en los tres
próximos años, no superará el 2.5%. Otros creen que se puede evitar o menguar
la crisis con una mayor explotación de
la clase trabajadora; pero eso sería incrementar el desempleo y reducir los
salarios, es decir trasladar los costos de la crisis del capital al trabajo, y
aún otros creen que la crisis se menguaría reduciendo las remuneraciones de los
grandes empresarios. Bienaventurado el que piensa en el pobre: en el día malo
lo librará Jehová. (Salmos 41:1 – La Biblia). En los países donde los partidos
políticos gobernantes trataron de resolver el problema de la crisis económica
(2011) tomando medidas contra los trabajadores, en sus próximas elecciones
presidenciales y/o municipales, les fueron muy mal. Porque lo que habían hecho
no fue ir a la causa de la crisis, sino la culpa de Pedro echársela a Juan. En
España, con la Ley de Reforma Laboral y en el Perú con la Ley de Tercerización
y Outsourcing, no actualización del salario mínimo vital, no hacer respetar la
jornada máxima legal, etc.
CAUSAS DE
LA CRISIS ECONÓMICA MUNDIAL
Barack Obama, presidente de los Estados Unidos de América, en su
gobierno de «los cien primeros días» del primer período (4 de febrero del 2009)
impuso un límite al salario total que reciben al año los ejecutivos de las
compañías que hayan recibido «asistencia extraordinaria». El objetivo de esta
medida es devolver la confianza de los inversores y del público en los bancos,
como base substancial para relanzar la economía.
Opiniones hay más que postes. Incluso hay quienes creen que la
crisis económica no sucede sin motivos –la casualidad no existe, lo que existe
es la causalidad– sino que responde a criterios muy bien calculados de los muy
grandes consorcios para continuar con la especulación o la esquilmación de los
recursos naturales y la explotación de la clase trabajadora; incluso, y al
margen de toda cuestión política dicen: «Las crisis económicas del capitalismo
son generadas por los mismos dueños de los medios de producción […] en busca de
mayor lucro, sin importarles las consecuencias que ello…». Y agregan que: «…
los capitalistas en el afán de recuperar sus capitales […] dan medidas que
ponen en mayor riesgo las condiciones de vida de los trabajadores, traduciendo
en topes salariales […] despidos, desempleo, etc.» (04/02/2009). La urgencia
permanente de la solidaridad obrera.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) informó que la
desocupación se incrementaría en 20 millones de personas y a finales del 2009
sumarían 210 millones; y los trabajadores
y trabajadoras pobres que viven con menos de un dólar al día aumentarían
en 40 millones entre 2008 y 2009. (Observatorio, Chile, 04/02/2009).
La actual crisis será una catástrofe social; pero no falta quienes
la consideren que ésta no es una crisis natural, provocada por las fuerzas de
la naturaleza imposibles de controlar, sino, dicen, es la consecuencia inevitable
de un régimen social en decadencia que se está jugando su defunción y aparecerá un nuevo sistema,
una senda nueva.
La causa o razón de la crisis económica mundial (2008…) es muy
remota; quizás no nos equivocamos si decimos que la causa comenzó a germinar a
fines del siglo XVIII y se consolidó a fines del siguiente siglo. Es decir, con
la máquina movida con energía del vapor de agua, y, posteriormente, cuando
aparece la electricidad, movida con esta energía. Dicho de otro modo, la causa
de la actual crisis económica mundial del 2008… la traen consigo la primera y
segunda Revolución Industrial. No es fácil creer, pero los economistas lo han
dicho y repetido a través de los siglos. Ellos hablan con su terminología
propia que algunos estudiosos comentan que lo hacen para no ser entendible por
el pueblo.
La primera consecuencia de la Revolución Industrial y la aparición
de la máquina es la concentración de la población rural alrededor de las
fábricas. Desaparece el autoconsumo, el mismo que es desplazado por la gran producción
y desde aquel entonces no ha cesado.
La segunda consecuencia es que, con la máquina, el trabajador debe
accionar al ritmo de dicha máquina; y la búsqueda de la gran producción que
satura al mundo. Por la gran producción de la herramienta requiere menos mano
de obra; pero todo aquello que aparece en el orbe trae el germen de su propia
destrucción, que tarde o temprano presenta sus efectos.
A partir de la segunda mitad del siglo XX, es decir, en la
postguerra, es verdad que aumenta el consumo, pero también aparecen grandes
productores con diferente filosofía de la vida: la República Popular China, los
tigres del Asia, entre otros. Como conclusión en el mundo hay una gran
producción por el uso de nuevas herramientas; se desplaza la mano de obra y se
lleva de encuentro al gran consumidor que precipita lo que los economistas
llaman “crisis financiera”, que no es otra cosa que una crisis por sobreproducción.
Los empresarios o dadores de trabajo, ante la crisis económica
mundial creen que la solución está en la reducción de mano de obra, así como el
monto de los salarios de los trabajadores; un lapsus intellectus que demuestra
que los dadores de trabajo, por su ambición por el dinero (“poderoso caballero
es don dinero”) están al cero en Economía Laboral, como se comprobó con la
crisis económica asiática.
Otra causa que debe tenerse en cuenta, que afecta a la mano de
obra, es la libre circulación de los capitales y el grandísimo adelanto de las
comunicaciones en el mundo moderno, que lleva a la crisis económica de un lado
para otro.
Conclusión: la crisis económica se debe al gran despido masivo de
trabajadores y un retardo en el consumo: los trabajadores han bajado un gran porcentaje
en su consumo porque no tienen dinero; y los pocos trabajadores –que gracias a
Dios– conservan su puesto de trabajo perciben un salario con un pequeñísimo
poder adquisitivo.
A más despidos de trabajadores más bajará el consumo.
Y a un futuro, ¿qué?
No hay ningún país que se escape de esta crisis (2008); la
recuperación será lenta y las nuevas generaciones deberán acostumbrarse a vivir
con nuevos niveles (una nueva economía); habrá que procurar que no se incurra
en los errores que se cometieron en la crisis
del año 30 del siglo XX.
Evitar que con el cuento de la crisis económica se exagere el
número de despidos, sin considerar los grandes males económicos, psicológicos y
morales que producen en la población. Es preciso que los empresarios procedan
de buena fe, es decir, con honestidad; los gobernantes con equidad y los
trabajadores con lealtad; y, todos (dadores de trabajo, gobernantes y
trabajadores) un poquito de solidaridad y exaltación de los principios de la no
violencia.
Cuando se resuelvan las controversias entre los países y pueblos,
los contingentes destacados volverán y ocuparán puestos civiles, la oferta para
las mujeres bajará y si con el transcurso del tiempo los trabajadores varones
que no se hubiesen preparado, bajaran los salarios, por la oferta y la demanda
y podrían alterarse las condiciones de trabajo.
Recalcamos que la oferta de la mano de obra femenina bajará. Y,
como dice Raquel Sánchez Bujaldón: “… si la situación de la mujer, en términos
generales, ha sido más precaria laboralmente respecto a los hombres en tiempos
de bonanza económica […] con la crisis esta precariedad va en aumento” (Cómo
afecta la crisis económica global a la mujer trabajadora).
A la vista está que el número de desempleados, según la
Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha aumentado la brecha, pero no es
tan fuerte en América Latina y el Caribe, porque, como hemos visto la responsabilidad
de la manutención recae en el hombre, por ser jefe de familia y los ingresos
conseguidos por la mano de obra femenina tiene un papel secundario o complementario.
Se dice que para superar la crisis, internamente, se debe tener
acuerdos económicos y una gran eficiencia educacional para todo lo que pueda
venir en el siglo XXI.
Muchos empresarios o empleadores creen que para salir de la crisis
económica se debe recurrir al desempleo; lo que no es cierto y eso lo han demostrado algunas empresas de España –País
Vasco– donde una empresa fabricante de buses, no obstante la crisis
económica, con la participación de los
trabajadores y la celebración de una convención colectiva, sin usar tecnología
de punta y sin despedir un solo trabajador mantiene su producción y un
magnífico futuro (España –País Vasco– Diario de la Causa Obrera).
A pesar de la situación económica
y de la crisis drástica de empleo hay excepciones y una de ellas es el
grupo vasco Erkop, centrado en los sectores de agroalimentación y servicios que
ha marcado al término de su Plan Estratégico
(2009-2012) crear tres mil 800 puestos de trabajo hasta alcanzar una planilla
de diez mil personas y lograr una facturación de 230 millones de euros frente a
los 148 millones con que cerró el 2008. (Dossier Empresarial – Sábado 25 de
abril del 2009 – Madrid). Esto confirma que la única forma de hacer retroceder
la crisis es la buena fe en el trabajo y
crear puestos de trabajo decentes; es decir trabajo sano y seguro.
La razón para que eso suceda, son las buenas relaciones con los
organismos gremiales; recurrir a la convención colectiva para exponer sus
necesidades y proponer puntos de solución a los problemas laborales y
posibilidades del dador de trabajo o empleador; en conclusión buena fe de las
partes en la elaboración del Plan de Negocios.
La solución también podría estar en la educación tanto en el primer paso como en el último, para
los trabajadores, de acuerdo a la nueva tecnología, y de igual manera los
docentes deben reciclarse para educar en un mundo globalizado.
«La economía está en crisis. Miles de trabajadores que están
siendo despedidos necesitan actualizar sus destrezas o volver a formarse», nos
dice Mindy Feldbaum de la Academia para el Desarrollo Educativo (ADE) y agrega
que con la crisis todo cambiará «… como parte de la transición mundial a una
economía más sostenible, se crearán algunos puestos de trabajo y se perderán
otros; pero, muchos sencillamente se
transformarán».
La Academia para el Desarrollo Empresarial sostiene que los colegios
universitarios tienen que capacitar a la
población activa para ocupar puestos de trabajo en una economía verde; y,
Andrew Morriss nos hace recordar que los «empleos verdes» son recomendados como
la cura universal, salvadora al mismo tiempo tanto al medio ambiente como a la
economía. (La ilusión de los empleos verdes).