viernes, 24 de julio de 2015

ABOGADO LABORALISTA



ABOGADO LABORALISTA

Miguel Suárez Sandoval 

NOTA. La primera parte de este artículo  lo publicamos por primera vez el 18 de septiembre de 2010; ahora lo republicamos agregándole la segunda: El Juslaboralista  ante la Flexibilidad  Laboral.  
 
 Nada sucede antes ni nada después: todo acontece en su momento.
El tiempo pasa y pasa; todo viene como debe venir y se va porque el presente no existe. Todo pasa pero la pobreza queda –“pobres tendréis toda la vida más a mi no me tendréis”, nos dijo Jesús– la pobreza con el dolor, ambos, hacen la miseria.
Los trabajadores, sobre todo manuales, son cocreadores del mundo.
El abogado es el arquitecto del orden social, porque la visión global de la sociedad y el Derecho, tienen que completarse en una visión cabal de la abogacía. Los abogados juslaboralistas son los que ayudan a cargar la pesada cruz en la tarea de buscar justicia para los trabajadores, actuales crucificados por la globalización de la economía. Porque la sociedad no está gobernada por hombres sino por leyes.
El laboralista, generalmente un hombre más, un hombre que sale de la humildad de su pueblo, llega a la ciudad y se hace docto, porque conoce la “luz”; se sofoca y vuelve donde los humildes, no solo para defender sus derechos laborales sino para curarles el alma fungiendo de médico especializado.
Nos dice el eminente maestro Francesco Carnelutti: “El contradictorio se desenvuelve a la manera de un diálogo, para cuya eficacia se necesita una cierta preparación técnica y de un cierto dominio de sí: dos cualidades de que raramente están dotadas las partes; por lo común, son ellas inexpertas y están dominadas por la pasión. Por eso, al menos en los procesos de mayor importancia, las partes actúan por medio de ciertos técnicos a los cuales se les da el nombre de defensores. Estos no son, ni deben ser, como los jueces, empleados del Estado, pero ejercen igualmente, si bien en régimen privado, un oficio público; a este fin están inscritos en un registro al que no llega sino quien está provisto de ciertos títulos (abogado).Además, están sometidos a cierta disciplina.” (Francesco Carnelutti, Cómo se hace un Proceso, pág. 99).
Abogado deriva de la palabra latina ad-vocatus que quiere decir “el llamado”, así lo comenta  Carnelutti.
El abogado es un defensor del pueblo, defiende un interés particular, pero al hacerlo y buscar la justicia persigue el interés público. El abogado, al estar al servicio de su cliente y buscar para éste la justicia, desempeña una función pública.
El abogado debe ser para su cliente el primer juez y decirle si tiene la razón o no; su derecho es viable y si las probanzas que tiene son las adecuadas; y el magistrado debe ver en el abogado un colaborador experto en Derecho que lo ayude a encontrar las vías y formas para una mejor solución del conflicto; y, no por egoísmo, celo profesional o vanidad trate en cada escrito o audiencia de torcer la verdad.
Por lo que hemos visto y podido comprobar, el abogado –en el Perú– no recibe el trato debido, aunque en general todos los profesionales.
En los gobiernos antidemocráticos ven en la profesión del Derecho al primer crítico de sus desaciertos o impopularidad. Por eso lo combaten o cuando menos lo ignoran.
La Ley Orgánica del Poder Judicial del Perú ha establecido que el abogado debe defender a su patrocinado “…con sujeción a los principios de lealtad, probidad, veracidad, honradez y buena fe”.
Viene a colación lo dicho en una sentencia sobre el debido proceso, dictada por la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia de San José – Costa Rica, del 1 de julio de 1992, redactada por el Dr. Rodolfo E. Piza Escalante, quien afirma que al abogado defensor se le debe garantizar pleno respeto porque es instrumento legal y moral al servicio de la justicia, cualquiera que sea la causa que defienda.
Se necesita una ley orgánica que comprenda que el abogado y el Juez se deben mutuo respeto y, como dice Piero Calamandrei: “… están colocados moralmente, sino materialmente, a la misma altura”. Y agrega el jurista: “…el juez que no guarda respeto al abogado, como el abogado que no se lo guarda al juez, ignoran que la abogacía y la magistratura obedecen a la ley de los vasos comunicantes; no se puede rebajar el nivel de la una sin que el nivel de la otra descienda exactamente lo mismo”. Y, como anota el mismo jurista, el abogado debe entender que “el juez no tiene la obligación de comprenderlo; sino el abogado es quien tiene el deber de hacerse entender”.
El juslaboralista está siempre buscando algo como la Dulcinea del Toboso, que tal vez, no existe: la justicia social; pero el juslaboralista es lo “único” que les queda a los trabajadores (sobre todo manuales) de esa gran revolución por la defensa de los derechos laborales aquí como en la hermana república de México, en las primeras décadas del siglo XX.
Algunos moralistas, como santo Tomás de Aquino, en su obra Suma teológica, refiriéndose al abogado, dice que: “su oficio no es público, como el del juez que tiene que administrar justicia a todos los que la piden”. Y agrega: “… puede aceptar la defensa de una causa y rehusar otras”. Que: “Los indecentes no pueden abogar; pues si no aplican para sí mismos la justicia, mal pueden ser defensores de la justicia a favor de otros”. Y más tarde anota que: “… el abogado no debe defender una causa injusta, porque se hace cómplice de la misma y falta a su juramento de profesional”; pero menos mal que a renglón seguido dice: “Sin embargo, hay que distinguir las causas criminales de las civiles”.
Por su parte, Hugo Alsina, insigne procesalista, nos dice que: “… la abogacía no es una función pública, sino una actividad privada, y de aquí que el abogado tenga libertad para aceptar los pleitos que le parezcan buenos y rechazar los que considere malos…”. Y agrega: “solo tiene la obligación de prestar sus servicios profesionales cuando se trata de la defensa del pobre…”, pero muchas veces sucede lo contrario, defienden al rico porque les paga, aún contra el trabajador pobre.
El ciudadano que requiere la tutela de los Poderes del Estado no puede apersonarse directamente ante los miembros del Poder Judicial: requiere del hombre de Derecho para que le sirva de intermediario.
Sin embargo, el Derecho es tan amplio que requiere de la especialización en alguna rama de las letras para poder ejercer; pero se comenta que la especialidad reduce la capacidad de absolver demandas.
En el campo sindical o gremial el compañerísimo Ricardo Temoche Benites dice: “Puede ser útil tener un asesor jurídico, o abogado amigo…”. Tras una pausa agrega: “…pero sin olvidar que no es tanto para saber lo que no se puede hacer, sino para saber qué antecedentes legales hay para lo que necesitamos hacer” (El sindicato moderno – pág. 43).
Los abogados de las partes, en el proceso laboral, sobre todo en la conciliación tienen un papel preponderante por su especialidad, su buena voluntad para llegar a un acuerdo, contribuyendo así a la viabilidad de la convivencia social fomentando confianza pública en la Ley.
El letrado, según la jurisprudencia comparada sobre el debido proceso, tiene “… el derecho de hacer uso de todos los recursos legales o razonables de defensa, sin exponerse a sanción ni censura alguna por ese ejercicio, así como la necesidad de garantizarle el respeto, por su condición de instrumento legal y moral al servicio de la justicia, cualquiera que sea la causa que defienda”.
El defensor de los trabajadores siempre debe recordar las palabras de Mahatma Gandhi: “la verdadera función de un abogado es unir las partes separadas”, a lo que podemos agregar: y no propiciar el conflicto por un par de pesetas.
El abogado laboralista debe ser más espiritual, amante de resolver los problemas de los demás. No codiciar los bienes ajenos; recordar que cada ser humano es irrepetible; y sobre todo evocar que la pérdida de valores, la codicia y la mentira, es lo que nos ha llevado a la actual crisis mundial (2010) y que en adelante debemos exaltar los valores de la No Violencia para no vernos nuevamente envueltos en hecatombes como las que nos ha dado el siglo XX y nos ha dejado un saldo para este siglo que sabe Dios ¿cuánto nos costará?
El juslaboralista debe edificar en su interior un templo de Luz, y de ahí buscar la “Verdad”. Y, cuando la encuentre,  venerarla. Y ella lo hará perseverante.
Y otros, como el maestro Rafael Bielsa, en su famosa obra La abogacía, establece que “el abogado político no puede abogar, patrocinar y a la vez gobernar”.
A propósito de los abogados y gobernantes podemos mencionar a los abogados laboralistas, que son tan pocos que se pueden contar con los dedos de una mano, se les aconseja no incursionar en política, porque el laboralista siempre habla de justicia social, es decir, predica lo que verdaderamente establece el Derecho del Trabajo, y si llegara a ser miembro de un Parlamento como parlamentario, diputado o senador, su opinión sería muy singular y suponiendo fueran tres o cuatro laboralistas miembros del Congreso, no podrían cumplir lo que toda su vida han predicado. De igual manera no ser Ministro de Trabajo en un gobierno donde hay un gabinete de quince o veinte ministros que, generalmente, están muy alejados del sentimiento y problemas del trabajador por cuenta ajena.
En el Perú, entre los presidentes no ha habido un solo laboralista.
Si un abogado laboralista no puede ni debe ser todo lo que hemos mencionado; pero, sí puede ser Maestro y hacer pedagogía.
Y siempre recordando que la Historia y la “Cuestión Social” han puesto en ellos la gran responsabilidad de  custodiar que los trabajadores por cuenta ajena no pierdan lo que a comienzos del siglo XX conquistaron con esfuerzo, trabajo, sacrificio y “combates” de diversa índole, perdiéndose incluso muchas vidas.
Manuel Ramón Herrera Carbuccia –República Dominicana– nos dice: “El abogado laboralista no es un conservador de fórmulas mágicas guardadas en un museo o en los viejos y empolvados repertorios digestos, ni aprendiz de brujo”. El abogado laboralista debe ser tenaz, tener una partícula de prudencia y un tanto de tolerancia, pero siempre recordar que el ser tenaz en el propósito de algo que uno proyecta en la vida, es el inicio del camino a no ser comprendido, sobre todo si el objetivo es servir a su prójimo, por ejemplo el ejercicio de la abogacía en Defensa de los Trabajadores. El juslaboralista debe ser como la abejita, que, aparentemente con un mínimun: el néctar de las flores, su trabajo, paciencia y tiempo da al mundo una de las más grandes dulzuras.
Pero el laboralista, sin que nadie lo perciba, ni él mismo, lleva un báculo que es su fe; la fe de que algún día imperará la justicia. Ese credo lo hará hablar aún después de haber efectuado el viaje a las estrellas.


EL JUSLABORALISTA ANTE LA FLEXIBILIDAD LABORAL

El abogado laboralista es uno de los profesionales que cuando recibe el título, para poder ejercer como tal, juramenta por Dios, por la patria y la justicia, pensando en los pobres… camina en tinieblas ─buscando hasta que se encuentra así mismo─ y crece su fe y se hace más humano; entonces vuelve a su pueblo.
El abogado laboralista debe tener bondad para con ella sembrar amor y abrir los corazones. Es decir, no  debe  abandonar  a  los  trabajadores  por  cuenta ajena, por ser insolventes y defender al hombre-trabajador en su dignidad humana. El juslaboralista busca identificarse con los trabajadores, sobre todo manuales, y estar preparado para el debate, comprendiendo que lo que se ataca no es a la persona sino a la idea.
Debe  tener presente, siempre, que  la  sociedad  le  ha  encomendado  la  gran misión  de  comprender  y  ayudar a restablecer los derechos laborales del trabajador  por  cuenta  ajena; por lo mismo,  debe ser partidario de la No-Violencia (http://miguelsuarezsandoval.blogspot.com/2011/06/la-relacion-de-trabajo-o-laboral-y-la.html: La Relación Laboral y la No-Violencia, 18 de junio del 2011).
El juslaboralista tiene cierto parecer al místico; mejor dicho, se acerca al místico. Mientras este siempre habla de Dios, el juslaboralista continuamente persevera en lo que es el Trabajo dentro del Derecho y cómo debe ser defendido en su dignidad humana recordando que esta es intocable.
El juslaboralista se ha impuesto, por su propia voluntad, la misión de ayudar a los trabajadores por cuenta ajena a encontrar la “Luz Grande”.
La flexibilidad no debe ser entendida como una mecánica de deshumanización del trabajo: Surge por la presencia de una crisis económica creada exprofesamente. Es decir, es temporal y durará mientras exista la razón que le dio origen.
La flexibilidad es una medida circunstancial, temporal y territorial. Y se debe entender ─mientras se aplique o de ella se haga uso─ que existe un tercer personaje en la Relación de Trabajo o Relación Laboral que es la sociedad.
“Las crisis económicas del capitalismo son generadas por los mismos dueños de los medios de producción […] en busca de mayor lucro, sin importarles las consecuencias de aquello”. Y “… los capitalistas, en el afán de recuperar sus capitales […] dan medidas que ponen en mayor riesgo las condiciones de vida de los trabajadores, traduciendo en topes salariales […], despidos, desempleo, etc.” (04-02-2009) – (http://miguelsuarezsandoval.blogspot.com/2014/04/la-mano-de-obra-y-la-crisis-economica.html : Mano de Obra y la Crisis Económica Mundial – 12-04-2014).

PRETEXTO PARA IMPONER
LA FLEXIBILIDAD LABORAL

El motivo, aparente, para el nacimiento de la flexibilidad es: “la rigidez de la norma laboral”. También dicen que su finalidad es “la creación de empleo”, consecuentemente creación de puestos de trabajo. Pero ─como lo decimos en nuestra publicación FEXIBILIDAD LABORAL, colgada el 05 de junio del 2015─ la verdad para los empresarios es hacer menos rígido el despido del trabajador por cuenta ajena; tener más trabajadores en negro e informales en general.
Los dadores de trabajo siempre han argumentado que la legislación laboral es muy rígida. No reconocen que la crisis económica mundial fue creada por ellos mismos, por la excesiva producción.
La flexibilización laboral fue lanzada a fines del siglo XX y se interpreta como una resolución circunstancial para esos momentos. En palabras más claras se puede decir que nace como una “resolución temporal” que ahora quieren imponerla sin tener en cuenta que, como consecuencia, tendríamos una situación de extremo abuso, similar al mundo laboral que se tuvo al inicio de la Revolución Industrial. Es decir, tanto los empresarios como el Estado (en algunos casos) la interpretan como Desregularización del Mercado de Trabajo. Dicho coloquialmente: eliminar (http://miguelsuarezsandoval.blogspot.com/2015/06/flexibilizacion-laboral.html : Flexibilización Laboral – Desregulación).

FINALIDAD DE LA FLEXIBILIDAD LABORAL

La flexibilidad laboral solo tiene una finalidad: la de darles a los empresarios la oportunidad de hacer crecer su fortuna y “recuperar” lo que no han perdido, dejando de pagar a los trabajadores lo debido; teniéndolos como informales y despidiéndolos cuanto los empresarios lo quiera; es decir, haciéndose justicia por sus propias manos; inclusive ideándose nuevas formas y modos de despedir al trabajador, tal como la estabilidad relativa en vez de absoluta, porque en dicho concepto cabe todo.
Para Carlos de Buen es “una incapacidad para adaptar el Derecho Laboral a las nuevas circunstancias que se presentan en el modo de producción…”, mencionado por Víctor Raúl Samamé Morante (La Flexibilidad del Derecho del Trabajo, capítulo II). Y, finalmente, se han olvidado del trabajador por cuenta ajena.

¿Se desploma el Derecho del Trabajo?

En general, las normas legales se dan para que se cumplan. Y especialmente del Derecho del Trabajo se caracteriza por su rigidez proteccionista. Las primeras normas de protección vienen desde fines del siglo XIX. Sin embargo, es después de la primera Guerra Mundial que aparece el Derecho del Trabajo o Laboral. Tomó forma con la Revolución Mexicana, y adquirió autonomía con la promulgación de la Constitución de los Estados Unidos de México. Desde entonces el Derecho del Trabajo ha ido en crecimiento con una tendencia a comprender todo lo que es trabajo, considerándolo un hecho social.
A la flexibilidad se la entiende como una reacción a la resistencia de esa rigidez ante el desarrollo de las relaciones laborales, porque los empresarios y algunos  políticos  creen que impide el desarrollo económico.
En Flexibilidad Laboral hemos dicho que la flexibilidad es una época económica de crisis, que ─según los tratadistas─ quiere hacer menos rígida la legislación y darles mayor libertad y facilidad a los empleadores o dadores de trabajo. Según otros, es “garantía de empleo”. Pero, lo que no se puede  aceptar es que la entiendan como una mecánica de deshumanación del trabajo e ignoren la finalidad del Derecho del Trabajo, que no la mencionan.
Para Rafael F. Alburquerque, flexibilidad significa: “la necesidad de lograr un mercado de trabajo dominado por la autonomía de los actores sociales: empleadores y trabajadores, en que la heteronomía o intervención estatal se reduzca a su mínima expresión”. (¿Se desploma el Derecho del Trabajo?).
Generalmente se presume que la Relación Laboral es indefinida (en estos casos se puede presumir); pero es común que aún siendo el trabajo de naturaleza permanente, por la flexibilidad impuesta se ha aceptado lo contrario, es decir se ha flexibilizado en países donde se la permite, pero con duración limitada, siendo de carácter permanente, anota el autor mencionado. Siempre se hace, según ellos, con la finalidad de estimular al empleador para que “busque” la generación de empleo, liberándolo de pagar las prestaciones derivadas al finalizar el vínculo laboral, sin importarles que así están precarizando el trabajo asalariado.
Según el juslaboralista Néstor de Buen, estamos viviendo un período, un sistema que no tutela al trabajador sino al empresario.
Con la flexibilización lo que buscan los empresarios, apoyados por el Estado, es el incremento de la productividad desconociendo cualquier acuerdo con los organismos gremiales, y aún con los mandatos de la ley o lo concertado entre la empresa y los trabajadores.
Su orientación prioritaria es reducir los costos del despido, y el resultado es el desconocimiento total de la estabilidad absoluta, sustituyéndola por el régimen de estabilidad relativa, tendencia que ahora incluso la Organización Internacional del Trabajo (OIT) acepta, pese a ser otro el criterio permitido por los organismos  que  se  crearon  con  la  finalidad de defender al hiposuficiente. Por ejemplo, el ad natum o despido libre.
Y ahí nomás no ha quedado, sino que, incluso, hay un seguimiento al salario mínimo vital; pese a que su misma denominación lo dice: es vida, no solo para el trabajador y su familia, sino también para una gran parte de la población mundial.
No simplemente eso, sino con el mismo afán de crear riqueza entran en las facultades de la seguridad social.
Mucha razón tienen los economistas, recalcamos, cuando dicen que la necesidad de ganar dinero “es insaciable”.

EL SALARIO Y EL FIN SUPREMO
DE LA SOCIEDAD: LA FELICIDAD

Según Rafael F. Alburquerque: “los organismos internacionales financieros han planteado con mucha claridad la necesidad de que se derogue toda intervención del Estado en la fijación de los salarios mínimos…”. Inclusive, se pretende conseguir que los empleadores no contribuyan con el Seguro Social.
Los creyentes en los “beneficios” de la flexibilidad laboral han olvidado que el fin de la sociedad es la felicidad. El fin supremo de la sociedad es servir al hombre (al hombre-trabajador). La parábola de los denarios tiene un concepto muy profundo y una filosofía insospechable (http://miguelsuarezsandoval.blogspot.com/2011/07/salario-minimo-vital.html . Salario Mínimo Vital – 22 de junio del 2011).
El Derecho del Trabajo o Laboral ─­que defiende al trabajador en su dignidad humana─ señala que la finalidad del trabajo es asegurarle su sustento al trabajador, así como el de su familia, fijándoles un nivel de vida decente. Para el católico ─y el cristiano en general─ tergiversar estos conceptos es un pecado.
A grandes rasgos alcanzamos a decir en su definición lo que es el salario mínimo vital: Es la suma de dinero que un trabajador debe recibir por una jornada ordinaria y legal de trabajo diario indispensable e intangible, que necesita para cubrir las necesidades normales o justas y vivir decorosamente tanto él como sus familiares que de él dependen económicamente y que le alcance para sufragar los gastos de alimentación, vivienda, vestido, transporte, educación obligatoria de los hijos y recreación sana, y que, además, quede un remanente para procurarle su recuperación y mejor ubicación en la escala social.
Sin embargo, ahora el salario mínimo vital no existe o poco a poco está desapareciendo, aunque en algunas circunstancias se usa como base para los cálculos de grandes transacciones entre los más grandes organismos de Estado y otros económicamente mundiales de gran magnitud, sin respetar su condición de “indispensable e intangible”: todo en aras de la flexibilización laboral… ¡Curiosa invención!


viernes, 10 de julio de 2015

EL TRABAJO EN EQUIPO



EL TRABAJO EN EQUIPO


Miguel Suárez Sandoval






Al TRABAJO EN EQUIPO es muy difícil encontrarle una definición. Y el concepto de equipo es muy discutido doctrinariamente, porque se creía que el tipo de trabajo solo era aplicable a los trabajadores (varones) ─manuales o no manuales─ de poca responsabilidad o categoría, lo que ha cambiado por los avances del mundo.

 Trabajar en equipo significa trabajar coordinadamente entre varios.

Generalmente es un trabajo resultante de la modalidad o forma como se ejecuta. Aparece ─en ciertos casos─ de manera espontánea. En estas circunstancias hay que tener un poco de paciencia y conocimiento especializado para encontrar la Relación Laboral o Relación de Trabajo, y señalar con quien o entre quienes se establece: si con una persona real o natural o jurídica.

El trabajo en equipo no es nada nuevo. Se viene trabajando desde tiempos antiguos.

El Q:· H:· Manuel Eduardo Contreras Seitz, del Gran Oriente de Chile – Logia Reflexión N° 103, nos hace recordar que: “… en el pensamiento medieval no existe una visión del trabajo como algo plausible; es decir, que tenga un valor como esfuerzo humano o motor de conocimiento o de perfeccionamiento […]; muy al contrario, solo servía como penitencia para una vida futura […], algo supeditado a la ética y teología”. Dicho de otro modo, no daba ─en el aspecto jurídico─ ningún derecho. Recordemos las palabras de Jehová: “… maldita sea la tierra por tu causa; con trabajo comerás de ella todos los días de tu vida” (la Biblia, Génesis 3:17/19).

Tanto del trabajo como del trabajador no se tenía el concepto que alcanzó muchos años después.





CÓMO NACE EL TRABAJO EN EQUPO



Con la construcción del primer generador eléctrico apto para uso industrial (la primera máquina eléctrica de corriente continua: llamado dinamo de Gramme) por el “obrero” belga Zenobe Gramme, aparece la máquina y se crea la necesidad de trabajadores con destreza, incluso mujeres que las hacen trabajar en las minas… convirtiéndose en una mano de obra utilizable en la manufactura.

El trabajador manual “ha pasado a formar parte de la máquina”, como lo hace presente Pierre  Proudhon, o lo que comenta el poeta chiclayano (Perú) José Eufemio Lora y Lora, en su poema Fábrica: “obrero, tanto mover esa palanca eres tan solo una palanca más” (Oficina 32: Jornada de las Ocho Horas, auténtica conquista de los trabajadores, lunes 12/11/2012).

En estas épocas, es decir, desde fines del siglo XIX, surge la gran necesidad de mano de obra… La tecnología aumentó la producción y la productividad; se concentró la propiedad en pocas manos y aparecen los “jornaleros”. Es decir el acercamiento del campo aumentó la mano de obra utilizable tanto en las actividades agrícolas como en la manufactura”.

Dicho de otro modo, se presenta la “necesidad” de la que nos habla Platón y se aprovechan las diversas cualidades: habilidad, inteligencia de los diversos trabajadores dirigiéndolas hacia una sola finalidad, que da origen al trabajo en equipo.

Esta afirmación  no es singular. David  González, por ejemplo, coincide cuando anota que el trabajo en equipo “nace como una necesidad de tener que ir con otras personas que tengan relativas coincidencias en el tema que atañe a la empresa”. El trabajo en equipo debe comenzar con la necesidad de mejorar un sentimiento de lealtad: compartir…”.

Continuando con el asunto hago presente que Ana Bon Molina registra que: “… el concepto de trabajo en equipo nace de la mano con el concepto de calidad total, como una necesidad de obtener una mayor eficacia del trabajo en conjunto y no del trabajo individual (Trabajo en Equipo). Y también nos dice que el trabajo en equipo se hace necesario a medida que mejoramos nuestros estándares de calidad…”. Y, como tratando de justificar lo dicho, agrega: “… ya que los resultados obtenidos de un trabajo en equipo son más exitosos que los resultados individuales”.

Creemos que lo dicho hasta aquí está cargado de mucha razón por las características del mundo en que vivimos: “las organizaciones modernas requieren talentos prácticamente imposibles de encontrar en un solo individuo” (Gloria Isabel Daza Restrepo – Trabajo en Equipo).

Para mejor comprender lo que continúa, sobre todo lo que manifiesta G. I. Daza Restrepo, previamente aseveramos:

Grupo. Es el conjunto de personas que se reúnen más o menos frecuentemente para lograr fines comunes, que interactúan constantemente y que han aceptado una serie de normas, de principio y de roles de comportamiento social” (José Everardo Aguilar Morales y Jaime Ernesto Vargas Mendoza).

El trabajo en grupo difiere del trabajo en equipo, por la forma cómo se presenta la Relación del Trabajo o Relación Laboral, como lo veremos supra. Y continuando con el trabajo en equipo decimos que: “un equipo es un grupo de personas que comparten un nombre, una misión, una historia, un conjunto de metas u objetivos y de expectativas en común”. Pero la autora va más allá en las características cundo afirma que: “… un grupo se transforma en equipo en la medida en que logra cohesión creando lazos de atracción interpersonal, estableciendo normas que gobiernan el comportamiento de los miembros, obteniendo una buena comunicación interpersonal, trabajando por el logro de objetivos comunes y estableciendo una interdependencia positiva entre sus miembros”.

Es conveniente recordar que el trabajo en equipo difiere del llamado “trabajo en grupo”, comenzando en la forma cómo se presenta la relación de trabajo o laboral y la finalidad.

En el trabajo en grupo la relación laboral del dador de trabajo es con el jefe del grupo y este con los trabajadores ejecutantes de la obra. No es lo mismo que en el caso del trabajo en equipo.

En el trabajo en equipo, prioridad uno es el resultado del proyecto, no de las partes integrantes. Además, los grupos de trabajo, o, mejor dicho, en el trabajo en grupo son informales, carecen de estructura de mando de objetivos claramente especificados.





LA FINALIDAD DEL TRABAJO EN EQUIPO 

La relación laboral, en ciertos casos ─tal vez en muchos tratándose del trabajo en equipo─ difiere del común de los trabajadores por su finalidad que los hace diferentes y que algunas veces no es lucrativa sino por amor a su prójimo, salvar su vida o cuidar al paciente.

En el trabajo en equipo, antes no se permitía el trabajo de las mujeres; pero, ahora, por la profesionalidad, la alta tecnología y dominio del tipo de trabajo se hace necesario el trabajo de las mujeres. En estos casos es muy recomendable tener presente el tiempo de duración de la jornada de trabajo diario, su salud y un posible estado de gestación. Ahora, muy al contrario, se tiene conocimiento que las mujeres tienen gran capacidad para trabajar en equipo, sobre todo para cuidar y en el acabado en ciertos trabajos.

Trabajar en equipo no es nada fácil, porque se debe trabajar toda la jornada con caracteres muy distintos unos de otros y a veces de una posición contraria. Sino se lograse una coordinación sería muy difícil formar un todo que consiga el objetivo (Pablo Molouny: ¿Cómo lograr un trabajo eficiente en medio de un clima laboral negativo?). Al respecto, Úrsula Gutiérrez nos dice que: “el verdadero trabajo en equipo se genera cuando las personas que forman el equipo están comprometidas en el cumplimiento de un objetivo común (Diario El Comercio – Lima, domingo 2 de abril del 2013).

Víctor Espinoza, al tratar sobre trabajo en equipo, señala que en este tipo de trabajo todos los miembros tienen un objetivo común y que este tipo de trabajo no se puede improvisar.

Se debe exigir que entre los trabajadores del equipo haya una cohesión para que puedan incluirse entre sus confortantes, que exista compatibilidad con la labor que les toca realizar y comprender que unidos y cooperando ─y solo así─ van a conseguir su objetivo; que la confianza y competencia darían un buen resultado.

Según Manuel Celi, la obtención de los objetivos del equipo depende del grado de eficiencia (Trabajo en Equipo – El Comercio, Lima 2 de abril del 2013).

No está demás agregar lo que dice Úrsula Gutiérrez, que en el trabajo en equipo: “… todos tienen un objetivo común, cual es el de deleitar al cliente…”.





DEFINICIÓN DE TRABAJO EN EQUIPO



Reiteramos que el trabajo en equipo es el que por su naturaleza no puede realizarse sin la cooperación de los demás. Para comenzar la labor se necesita la concurrencia de todos y, de igual manera, cuando finaliza la labor todos paralizan a la vez. El trabajo en equipo, visto empíricamente, es el trabajo ejecutado por un grupo o conjunto de trabajadores, de manera coordinada  hacia  el  propósito  de alcanzar una finalidad.

Previamente establecemos que: “… equipo es un grupo que se caracteriza por la identificación con el logro de la aceptación de los roles, comunicación clara y fluida… espontánea colaboración y ayuda mutua con cohesión, afinidad e identificación; conciencia de grupo y buenas relaciones interpersonales”.

En la legislación argentina se define al trabajo en equipo como: “… aquel que se conforma con un número cualquiera de trabajadores de una misma banda horaria y cuyo servicio no puede interrumpirse y también como aquel formado por obreros o empleados en una cantidad cualquiera, que ejerzan su tarea coordinadamente, dependiendo de los otros el trabajo de uno. Es por eso que deben hacerse en turnos sucesivos y rotativos” (Ley de la Jornada de Trabajo N° 11544; Decreto Reglamentario N° 16115/33).

Manuel Osorio y Florit nos dice: “Suele entenderse por equipo; a) un número cualquiera de empleados u obreros cuya tarea comience y termine a una misma hora en trabajos en que por su naturaleza no admiten interrupción; b) un número cualquiera de empleados u obreros cuya tarea esté en tal forma coordinada que el trabajo de unos no pueda realizarse sin la coordinación de los demás” (Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales).

El juslaboralista peruano José Montenegro Baca, cuando se ocupa de la jornada de trabajo y se refiere al trabajo en equipo dice que: “es aquel que por su naturaleza no admite interrupciones o, en su defecto, aquel cuya labor está coordinada en tal forma que el trabajo de unos no puede realizarse sin el concurso de los demás trabajadores” (Jornada de Trabajo y Descansos Remunerativos – T. I, pág. 67).

El fin es consecuencia, el resultado en coordinación de la cooperación o trabajo de todos y cada uno de los miembros del grupo, y no el trabajo independiente de cada uno. Dicho de otro modo, el equipo da un resultado final de todos los trabajadores y no el de cada uno de sus miembros.

Cada trabajador miembro del equipo, generalmente, está especializado en una actividad laboral compatible con el objetivo del equipo. Los estudiosos del tema, en su mayoría, ponen como ejemplo a un  “… equipo médico en una sala de operaciones (cirujano, anestesista, especialista cardiovascular, enfermera, etc.). Si forman un equipo de trabajo, cada miembro de este equipo va a realizar un cometido específico; el de todos ellos es fundamental para que la operación resulte exitosa y para ello sus actuaciones han de estar coordinadas.

Volviendo a la definición, como lo establecemos supra, en el subtítulo, casi por curiosidad quise saber qué dice la Real Academia de la Lengua Española sobre “equipo”, y en la segunda acepción encontré: “grupo de personas organizado para una investigación o servicio determinado”.

Trabajo en equipo también se define como que: “es el cumplido por un grupo de trabajadores que forman un equipo, al frente del cual está un jefe del equipo o líder, que se considera indispensable.

Para la marina mercante, se entiende por equipo un número cualquiera de trabajadores cuya tarea comienza en determinada hora y termina en otra, en trabajos que por su naturaleza no permiten interrupción.







CARACTERÍSTICAS DEL TRABAJO EN EQUIPO



En un equipo se produce una alta productividad y un bajo nivel de conflictos interpersonales; ese es el resultado de las características propias de su formación como sistema y las cualidades de cada uno de sus miembros; entre los que no podemos posponer a su líder, porque recalcamos que un buen líder es clave para  lograr  un  trabajo  en  equipo  eficiente  e  integrador.

Entre sus características podemos decir que una de las más notorias es la de poderse prolongar la jornada diaria de trabajo, pero siempre y cuando no se exceda el límite de horas en la jornada semanal.

Otra característica es que solo se implante por la naturaleza del trabajo, pero que esta condición no supere las tres semanas y que la jornada semanal no exceda del límite fijado según ley o doctrina laboral.

Complementariedad. Cada miembro domina una parte determinada no muy extensa del proyecto.

Coordinación. El grupo de profesionales con un líder a la cabeza debe actuar de forma organizada con vista a sacar el proyecto adelante.

“El trabajo en equipo (cuadrilla) exige la coordinación y la sincronización de las acciones de sus miembros; también requiere más atención en la aceptación y delegación de responsabilidades al realizar  una  tarea  grupal,  que  lo  que  exige  el trabajo individual” (Anne Anastasi: Psicología del Trabajo, pág. 38).

Comunicación. “El trabajo en equipo exige una comunicación abierta entre todos sus miembros, esencial para poder coordinar las distintas actuaciones individuales”.

“El equipo debe funcionar como una maquinaria con diversos engranajes; todos deben funcionar a la perfección: si uno fallase el equipo fracasaría”.

Confianza. “Cada trabajador del equipo confía en el buen hacer del resto de sus compañeros. Esta confianza le lleva a aceptar anteponer el éxito del equipo al propio lucimiento personal”.

“Cada miembro trata de aportar lo mejor de sí mismo, no buscando destacar entre sus compañeros sino que confía en que estos hacen lo mismo, sabe que es lo único para que el equipo pueda lograr su objetivo”.

La marcha del equipo reposa en la confianza que se tengan los miembros que lo integran, sabiendo que el compañero cumplirá lo que se le encomienda o le toca hacer; es decir la confianza  se basa en la competencia.

Compromiso. Cada miembro se compromete en aportar lo mejor de sí mismo; a poner todo su empeño en sacar el trabajo adelante.

El equipo tiene libertad de organizarse como crea conveniente; pero responde de los resultados obtenidos. Dentro de ciertos márgenes toma sus propias decisiones sin tener que estar continuamente solicitando o pidiendo autorizaciones a su superior. Por ejemplo, en el caso de los trabajadores de la salud (el hospital, la empresa, etc.), asigna a un equipo la realización de un proyecto determinado, el equipo recibe el cometido y se estructura para realizar el proyecto.





CUALIDADES NECESARIAS EN CADA

TRABAJADOR PARA INTEGRAR UN EQUIPO



La diferencia de caracteres de los trabajadores (en equipo), generalmente, aporta ideas diferentes; que se reflejan en las decisiones que toma la organización; he ahí la razón por la que aquellas sean mejores. Nos dice Gloria Isabel Daza Restrepo que “cuando hay diferencias y discrepancias surgen propuestas y soluciones más creativas”. La autora compara al trabajo en equipo con un equipo de fútbol donde cada uno ocupa un puesto diferente (defensa, volante, delantero); pero todos dirigen sus energías hacia la consecución de un mismo objetivo.

El trabajo en equipo, no vayan a pensar que es la suma de aportaciones individuales. Solamente si sus miembros cumplen sus funciones sacarán adelante su cometido. El responsable del resultado final no es cada uno de los miembros individualmente, sino el equipo. Existe un ejemplo clásico en los trabajadores de la salud que lo reiteramos: “en una operación de trasplante todos los especialistas que intervienen lo hacen buscando el éxito de la operación. El cirujano no busca su lucimiento personal sino el buen hacer del equipo. Además, si la operación fracasa poco va a valer que su actuación particular haya sido exitosa”.

Para que un trabajador sea eficiente en el trabajo en equipo debe ser inteligente, contar con una inteligencia que le facilite las relaciones sociales del mundo en que trabaja (D. Goleman).

Hacemos hincapié en que cada trabajador en equipo, según algunos estudiosos del tema, debe tener paciencia. Otros opinan que, además, debe tener una gran habilidad, porque en el trabajo en equipo se necesitan diversas experiencias.

El éxito o el fracaso se deben, en mucho, a que previamente se conozcan las habilidades de los trabajadores que van a integrar el equipo. Si el trabajo se hace en forma correcta y juntos, púes, se pueden producir los mejores resultados; pensando en eso se deben solucionar los conflictos conforme vayan presentándose. Se recomienda no integrar los equipos con personas negativas, porque estas están generalmente quejándose. Si al comenzar un proyecto se viese que dos trabajadores están siempre en desacuerdo preferible es que no integren el mismo equipo, o rotarlos; de igual manera a los que son víctimas del estrés  laboral, porque el estrés laboral los vuelve incompatibles para trabajar en equipo.

El trabajador difícil no es apropiado para el trabajo en equipo. Y para no perderlo o evitar que se desgaste, habría que rotarlos: Este problema ahora constituye un motivo de preocupación.

Javier Mosquera, gerente de División de Automatización de la Multinacional ABB, comentó en la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) de Lima que “los de hoy no demuestran el debido interés por el trabajo en equipo” (Oficina 32: Concepto y Relatividad de Baja Remuneración – 8 de noviembre del 2013).

En el trabajo en equipo se debe procurar un ambiente de trabajo en el que los trabajadores se sientan a gusto (Oficina 32: Ambiente del Trabajo o Laboral – 7 de octubre del 2011).

Hay que tener cuidado especial con los cuadros y colores, sobre todo cuando el equipo está integrado por hombres y mujeres de diversas edades. Es menester procurar que el personal del equipo siempre esté ocupado para evitar la insatisfacción, la apatía, el aburrimiento; hacer que el personal se sienta útil.

Tratándose de condiciones de trabajo es necesario contemplar la duración de la jornada de trabajo y la distribución del tiempo libre utilizable para el descanso, en relación con la vida familiar y social, porque es determinante en el bienestar de los trabajadores por cuenta ajena y entre esto el trabajo en equipo por sus características y responsabilidades.

Un equipo de fútbol puede ser el paradigma del trabajo en equipo.





Y EN EL FUTURO… ¿QUÉ?



Hemos reiterado que para poder trabajar en equipo se necesita tener ciertas cualidades que no es fácil encontrar en el común. La razón es que el cliente exige calidad.

También hemos dicho que, por ejemplo, se necesitan ingenieros especialistas en tecnologías de la información, ejecutivos y gerentes. Hemos recalcado que, verbigracia, en el Perú no egresan el número de ingenieros requeridos, y que en algunos lugares ─como en la región Apurímac─ en las minas, generalmente, solo los guardianes son nacionales, y los necesarios hay que importarlos (Gestión – Sábado 27 de junio del 2015).

Otra de las dificultades en el personal es el idioma requerido por la empresa y el medio en que se desarrolla. Es decir, “hay una falta de alineación entre la demanda empresarial de habilidades superiores y la oferta laboral que no puede satisfacer”. Y eso no solo es en el país mencionado, sino en los diversos continentes.

Mónica Flores Barragán afirma que “está comprobado que en los próximos años no habrá en el mundo suficientes talentos para reemplazar a quienes están por retirarse de la vida laboral” (Adultos mayores. Quién los reemplazará ante la falta de talentos. Istmo. Liderazgo con valores – 27 de junio del 2015).

Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), entre el 2015 y el 2030, saldrán doce millones de personas por año de la fuerza laboral mundial.

En esto mucho tiene que ver la educación frente al problema: debe tener un objetivo. Se requiere que el aprendizaje sea de por vida. “Se deben planificar actividades para fomentar el espíritu de equipo”. Las compañías deben ofrecer una cultura de aprendizaje permanente para todos. Y “esto redundará en mayor productividad, válida durante toda la carrera de un individuo, sea a tiempo completo o parcial”.

La educación para los trabajadores debe ser creativa y no repetitiva basada en la memoria.

A los trabajadores se les debe inculcar el hábito de preguntar ─como si fueran niños─ a su maestro sobre la nueva tecnología y aplicación de la ciencia en su nueva interpretación y así aprenderán. Y de igual manera los maestros tendrán que actualizarse y así también aprenderán.

El Perú es uno de los diez países que en Latinoamérica han tenido más dificultades para cubrir puestos de trabajo.

Así como “el camino se hace caminando, se aprende a trabajar trabajando. Y “si sabes enseña, y si no sabes aprende”.