¡El Apra nunca muere!
“El muerto que vos mataste goza de buena
salud”, así nos dijo “El Viejo”; nuestro Jefe y Muy Respetable Hermano .:, el
filosofo-político-social Víctor Raúl Haya de la Torre, mientras sonreía. ¿Y por
qué lo dijo?. Por
ventura o por desgracia creyeron que estuvimos muertos; creyeron los hombres de
poca fe después de octubre de 1948.
Muchos dictadores y residentes
de este mundo, también creyeron; incluso algunos ingenuos compañeros. Pero en
la tarde del Veintiocho de Julio de 1956 apareció el problema para la ciencia:
tener que pronunciarse por si resucitamos o no habíamos muerto
¿Y que
pasó entre los años 1968 y 1975? El dictador que nos quiso destruir;- no digamos matar porque es una palabra muy
fea-años después nos pidió ayuda para no morir, El murió; que Dios lo tenga en el mejor de los
santos sitios y se confirmo que:” EL APRA, nunca muere”
Todos venimos al mundo porque el Gran
Arquitecto del Universo:. nos manda
a cumplir una misión y mientras el Perú nos necesite diremos.”EL
APRA, nunca muere”.
Entretanto vivamos que para vivir hemos nacido y, que conste que en Belén y entre los “pobres”.
Una noche en conversación de más o menos diez compañeros con el Jefe Víctor Raúl en el local de Alfonso Ugarte, entre otras .tantas cosas, nos contó que el primer local que tuvo nuestro Gran Partido en Lima fue en la calle Belén,más o menos la última cuadra el Jirón de La Unión y posteriormente nos trasladamos a la calle Pobres cuadras 9 y 10 del jirón Lampa .
Una noche en conversación de más o menos diez compañeros con el Jefe Víctor Raúl en el local de Alfonso Ugarte, entre otras .tantas cosas, nos contó que el primer local que tuvo nuestro Gran Partido en Lima fue en la calle Belén,más o menos la última cuadra el Jirón de La Unión y posteriormente nos trasladamos a la calle Pobres cuadras 9 y 10 del jirón Lampa .
¡EL APRA NUNCA MUERE!
! VIVA EL APRA, CARAJO
!
c. Miguel Suárez Sandoval
Viejo militante aprista, uno de los que salieron de la clandestinidad
a fines del primer lustro del decenio de los cuarenta en el siglo pasado
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